Jue 24.07.2008

EL MUNDO  › DICEN QUE TRABAJARáN PARA VENCER LA POBREZA, LA EXCLUSIóN SOCIAL Y LA DESIGUALDAD

Shannon y Evo conspiran juntos

La reunión entre el delegado de Bush en las Américas y el presidente cocalero sirvió para distender una relación que se había complicado por las andanzas de Usaid en Bolivia y el asilo para Sánchez de Lozada en Estados Unidos.

› Por Sebastián Ochoa

Desde Santa Cruz

Casualmente, el Día del Amigo en Bolivia empezó con los saludos de dos que no se veían hacía rato pero se mandaban mensajes cotidianos vía medios de comunicación. A las 5 de la mañana estuvo en el Palacio Quemado el secretario adjunto de Asuntos del Hemisferio Occidental de Estados Unidos, Thomas Shannon. Esperó cinco minutos hasta que vino el presidente Evo Morales, quien el martes lo había evocado como “el gringo” al que iba a darle pruebas sobre las acciones desestabilizadoras del gobierno de EE.UU. contra el boliviano. Tras casi dos horas de reunión, se despidieron con promesas de avanzar en la reconciliación. “Evo Morales ha planteado a Estados Unidos que deje de conspirar políticamente en Bolivia, y ha planteado conspirar contra la pobreza, la exclusión social y la desigualdad”, dijo el canciller boliviano David Choquehuanca. A Shannon le gustó la frase y más tarde la repitió como si fuera uno de los acuerdos logrados en la madrugada de ayer.

“Yo creo realmente en crear un ambiente de mejor confianza, de mejor cooperación y colaboración. Y terminamos acordando que la única conspiración que va a existir en nuestras relaciones bilaterales va a ser la conspiración contra la pobreza, contra la desigualdad y la exclusión social”, dijo Shannon en castellano a la prensa luego del encuentro.

“Vamos a asegurar que en las relaciones bilaterales haya la transparencia necesaria en nuestros programas (como la Agencia Internacional de Desarrollo de EE.UU. –Usaid–) y también en la manera en que hablamos y cooperamos con el gobierno de Bolivia para asegurar que ese tipo de preocupación o acusación no surja en el futuro”, agregó.

Evo le dio a Shannon abundantes pruebas sobre el caso de Alexander van Schaick, el estudiante estadounidense que había llegado a La Paz becado por la Fundación Fullbright (administrada por Usaid). Cuando pasó por la embajada de su país, el muchacho fue instruido por Vicent Cooper –oficial de seguridad de esa representación– para que espiara a cuanto cubano o venezolano detectara en Bolivia. Molesto, Van Schaick denunció que le habían pedido un favor que varios becarios deben dar.

“No estamos en contra de que vengan estudiantes y delegaciones de Estados Unidos para intercambiar experiencias. A Bolivia le interesa el intercambio cultural con Estados Unidos”, explicó Choquehuanca.

El descrédito de Usaid hizo que varias organizaciones sociales se replantearan aceptar su colaboración. Los campesinos cocaleros de Chapare, en el trópico de Cochabamba, le bajaron el pulgar a la agencia el mes pasado. Shannon había manifestado sus ganas de llegar hasta el lugar para interiorizarse sobre los motivos de la expulsión, pero lo desanimaron Morales primero y la gente de Chapare después. “Bolivia es un país soberano y cualquier visita de funcionarios extranjeros necesariamente tiene que pasar por gestiones ante el gobierno o la Cancillería”, dijo el presidente el martes.

“Si va a venir, no será con nuestra venia. Hasta tenemos nuestro letrero ‘Chapare libre de Usaid’”, dijo a PáginaI12 Malena Peredo, de la Federación de Campesinos de Cochabamba. Evaluó que, según EE.UU., la lucha por la democracia debe ser secreta: “Traen todo ese dinero, pero nunca han consultado con nuestro gobierno cómo invertirlo. Ellos dicen que no pueden decir en qué lo gastan porque se rigen por leyes norteamericanas”. “Shannon tiene todo el derecho de venir porque Bolivia es muy libre, pero no va a andar acompañado de nuestras autoridades”, destacó Peredo.

El martes, Evo había avisado que la reunión con Shannon sería picante. “Mañana (por ayer), a las 5 de la mañana, tengo reunión con un gringo que viene de Estados Unidos y le voy a presentar pruebas de cómo Estados Unidos hace campaña contra mí, contra el gobierno y los movimientos sociales”.

Morales citó a Shannon a la hora en que siempre empieza a trabajar.

Allí también exigió que EE.UU. colabore para que regresen a Bolivia el ex presidente Gonzalo Sánchez de Lozada y el ex ministro de Defensa Carlos Sánchez Berzaín, donde los espera un juicio por el asesinato de 68 personas durante las manifestaciones que anunciaron su renuncia en 2003. Cuando EE.UU. admitió el mes pasado que el ex ministro de Defensa es su refugiado político, las relaciones entre ambos países tocaron fondo.

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