EL MUNDO › CAUSó MáS DE MEDIO CENTENAR DE MUERTOS Y TRESCIENTOS HERIDOS
Tres de las atacantes se inmolaron en medio de una procesión religiosa de chiítas en el este de Bagdad y una cuarta en una manifestación en Kirkuk. Las fuerzas de seguridad iraquíes suelen registrar más a los hombres.
› Por Patrick Cockburn *
Cuatro atacantes suicidas mujeres detonaron explosivos en medio de multitudes en Bagdad y Kirkuk, matando a por lo menos 57 personas e hiriendo a 300, en un ataque doble con el objeto aparente de avivar las crecientes divisiones sectarias y étnicas.
Tres de las terroristas suicidas se hicieron estallar entre los peregrinos chiítas mientras tomaban parte en una procesión religiosa en el distrito Karada, en el este de Bagdad, matando a 32 personas e hiriendo a otras 102. La mayoría de los muertos eran mujeres y niños. “Escuché a mujeres y niños llorando y gritando y vi los cuerpos muertos de mujeres en medio de charcos de sangre en la calle”, dijo Mustapha Abdullah, un hombre de 32 años que resultó herido en el estómago y en las piernas.
En la ciudad petrolera de Kirkuk, en el norte, miles de kurdos estaban manifestándose contra una ley de elecciones provinciales cuando atacó una terrorista suicida, matando a por lo menos 25 personas e hiriendo a otras 185. En represalia, los kurdos atacaron las oficinas de los partidos políticos de la minoría turcomana, aunque es probable que Al Qaida en Irak esté detrás del ataque.
Las mujeres son usadas como terroristas suicidas porque las fuerzas de seguridad iraquíes registran más a los hombres, en un intento de detener los ataques. Pero las inhibiciones para registrar a las mujeres, que a menudo usan grandes túnicas negras, y la escasez de personal de seguridad femenino hace que les resulte más fácil a las mujeres llegar a los objetivos sin ser registradas.
Una de las mujeres se hizo estallar en las puertas del viejo Teatro Nacional, en Karada. El segundo ataque fue en una carpa provista para que los peregrinos descansen. Una mujer supuestamente entró en la carpa, leyó el Corán junto con otras mujeres y luego se fue, dejando detrás suyo una bolsa que más tarde explotó. La tercera terrorista detonó un chaleco con explosivos. Se podían ver los clavos del dispositivo entre los puestos de control de la policía.
Los peregrinos estaban conmemorando la muerte del santo del siglo ocho que está enterrado en el distrito de Al Khadamiyah, en el noroeste de Bagdad, pero fueron atacados del otro lado del río Tigris mientras se estaban reuniendo. Las procesiones y los peregrinajes tienen un rol central en las creencias religiosas de los chiítas. Alrededor del 50 por ciento de los iraquíes son chiítas, pero son denunciados por Al Qaida como herejes. Es casi imposible protegerlos durante los peregrinajes a otros santuarios donde se reúnen hasta un millón de creyentes.
El ataque en Kirkuk también estaba dirigido a las crecientes rivalidades étnicas, desde que los kurdos, los árabes y los turcomanos se disputan el poder en la ciudad. Los kurdos tomaron el poder en 2003, después de la caída de Saddam Hussein, y querrían incorporar la ciudad al Gobierno Regional de Kurdistán –pero a esto se oponen los árabes y los turcomanos–.
El presidente iraquí, Jalal Talabani, vetó la semana pasada una ley electoral que hubiera postergado la elección en Kirkuk, pero también dispersó el control kurdo. Los manifestantes kurdos declararon que se les había disparado desde las oficinas turcomanas, pero esto fue negado por las fuerzas de seguridad, quienes dijeron que los únicos disparos fueron los que hicieron al aire para despejar el camino para las ambulancias.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para PáginaI12. Traducción: Celita Doyhambéhère.
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