A la Iglesia Católica ecuatoriana no le gusta la nueva Constitución. Para los obispos de la Conferencia Episcopal, varios de los artículos aprobados la semana pasada por la Asamblea resultan incompatibles con la fe cristiana. Voceros del presidente Rafael Correa, principal impulsor de la reforma, rechazaron las críticas y acusaron a la Iglesia de actuar como un partido opositor del gobierno.

“Lamento que la Iglesia entre a jugar como un actor político. Me parece que hace un siglo en este país existió la separación de los ámbitos público y político de aquellos religiosos”, sostuvo Augusto Barrera, coordinador entre el Ejecutivo y la Asamblea Constituyente. El viernes ese órgano le entregó a la Corte Electoral el texto del proyecto constitucional, que deberá ser refrendado el 28 de septiembre para entrar en vigencia.

El lunes los obispos de la Conferencia Episcopal explicaron que el texto les resulta contrario a las concepciones tradicionales de familia y vida. “En temas como el aborto, la familia, educación y libertad religiosa, los obispos del Ecuador consideran que se trata de puntos, tal como lo ha definido el papa Benedicto XVI, no negociables... una unión entre homosexuales no es una familia”, sostuvo el arzobispo Antonio Arregui, presidente de la institución.

El proyecto de Carta Magna reconoce a la familia en sus “diverso tipos” y garantiza a todas las personas la igualdad de derechos en la toma de decisiones de la sociedad conyugal. Sin embargo, aclara que la adopción corresponde sólo a personas de distinto sexo.

El rechazo episcopal abarcó cuestiones que exceden la fe. “El estatismo parece ser un hilo conductor”, criticó Arregui en una conferencia de prensa. “No vamos a tener un presidente constitucional sino más bien un presidente un poco totalitario, porque en definitiva él puede hacer y deshacer fundamentándose en el texto constitucional aprobado por la Asamblea”, coincidió el obispo de Machala, Néstor Herrera.

Correa había hablado el sábado sobre una posible campaña de los sacerdotes contra la Carta Magna. “¡Cuidado, la Iglesia se me está alineando con ciertos grupos y partidos políticos! ¡Cuidado, porque la oligarquía, los pelucones (ricos) también tienen sus curitas!”, advirtió.