Vie 15.08.2008

EL MUNDO  › LOS COMANDOS ACTUAN BAJO PROTECCION RUSA

Mandan los paras osetios

Mientras continúan las bajas de civiles atrapados en fuego cruzado o víctimas de grupos armados que persiguen a la minoría de georgianos en la región de Osetia, Georgia presentó una denuncia por limpieza étnica en la Corte de La Haya.

› Por Kim Sengupta *

Desde Gori

La tensión ha estado creciendo en la región durante días y Nona Bakarashvilli, madre de 51 años con cuatro hijos de una familia de georgianos étnicos, estaba cada vez más preocupada. Junto con su marido, Georgi, abandonaron su hogar en el enclave separatista de Osetia del Sur buscando un lugar seguro. Seis horas después, Nona murió por un disparo de un miliciano borracho en el puesto de control. Murió a causa de sus heridas, una de las muchas bajas civiles en las atrocidades que ahora surgen a la luz, dicen los grupos humanitarios, de ambos lados del conflicto.

Bakarashvilli, de 58 años, y los hijos de la pareja lograron llegar a la casa de un pariente en Georgia, pero no antes de entregarle todo su dinero y sus pertenencias al miliciano. Ahora, el pueblo donde recalaron también está a merced de los paramilitares osetios, cosacos y chechenos que vinieron a Georgia detrás de las tropas rusas. Saben que deben seguir huyendo del peligro. Los Bakarashvilli vivían en un poblado entre Ksuisi y Kurta con otras pocas familias georgianas y osetias en las áreas vecinas. Pero el humor, que siempre fue amistoso, dijo Bakarashvilli, comenzó a agriarse en los últimos meses con la llegada de los paramilitares de la capital de Osetia del Sur, Tskhinvali. “Fueron los de afuera los que comenzaron a causar problemas”, dijo. “No tenía ningún problema con los osetios que vivían cerca nuestro, a veces trabajábamos juntos en el campo. Pero esos hombres comenzaron a insultarnos y a decirnos que éramos georgianos y no debíamos estar ahí.”

Otros georgianos en el área empezaron a irse y los Bakarashvilli abandonaron su hogar el viernes pasado –el día que las fuerzas georgianas lanzaron su ataque en Osetia del Sur– en el viejo automóvil Opel de la familia para quedarse en lo de uno de los primos de Bakarashvilli. Fueron parados en un puesto de control al este de Tskhinvali por hombres uniformados.

“Había una decena de ellos y unos pocos no eran osetios. Podía saberlo por el acento, algunos de ellos estaban borrachos”, dijo. “Se llevaron todo y dijeron que se iban a llevar el automóvil. Mi mujer comenzó a discutir diciendo que no podíamos llegar tan lejos a pie. Nos empujaron con los caños de sus rifle y uno de ellos abrió fuego y le dio a ella en el estómago. Uno de los hombres nos condujo a Tskhinvali. Mi mujer estaba sangrando mucho. Luego nos tiró del coche. Ella murió ahí. Esperamos durante dos días y luego partimos nuevamente. Ahora los chicos lloran todo el tiempo. Estoy muy triste con lo que ha pasado, pero también tengo miedo porque sé que no estamos a salvo.”

Hay un número creciente de civiles muertos y heridos en este conflicto, ya sea porque se hallaban en medio de un fuego cruzado o de un blanco atacado. The Independent ha visto el resultado de la violencia tanto en Osetia del Sur como en Georgia desde que comenzó la lucha a fines de la semana pasada. Un informe del Human Rights Watch emitido ayer daba más detalles de las atrocidades cometidas y “expresado la profunda preocupación por la aparentemente naturaleza indiscriminada de los ataques en los que han muerto tantos civiles”.

En Tskhinvali, le dispararon a una mujer embarazada de ocho meses que estaba mirando por la ventana. Murió más tarde. Una casa fue destruida cuando fue impactada por un cohete Grad, y seis personas resultaron heridas –cuatro mujeres y dos hombres– cuando salieron disparados por la ventana por la explosión. Se arrastraron hasta el sótano y se escondieron ahí con los vecinos que les curaban las heridas y les daban alimentos. El hospital de Tskhinvali, el único lugar para atención médica en la ciudad, estuvo bajo fuego durante 18 horas en un momento. Un médico dijo que los cuerpos de 44 personas muertas en la capital de Osetia del Sur fueron llevados ahí junto con 273 heridos.

En el lado georgiano, Gori estuvo bajo ataque ruso por aire y tierra. Kety Javakhishvill, de 25 años, fue herida cuando fue con una vecina a conseguir pan en un negocio. Otra víctima, Nodar Mchedlishvill de 54 años, resultó herido cuando fue a la municipalidad para conseguir comida para alimentar a ocho personas desplazadas de los pueblos del Osetia del Sur.

Georgia ya presentó una demanda contra Rusia en la Corte de Justicia Internacional de La Haya citando la limpieza étnica. Por su parte, Luis Moreno Ocampo, el fiscal de la Corte Internacional que trata a los individuos por crímenes de guerra y genocidio, dijo que había sido contactado por el caso de Osetia del Sur y puede lanzar una investigación preliminar.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para PáginaI12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.

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