Una ola de atentados dejó ayer más de 35 chiítas muertos en Irak, la mayoría mujeres. Todos participaban de la peregrinación religiosa que empezó el mes pasado y concluye mañana, en la ciudad santa de Karbala, cien kilómetros al sureste de Bagdad. Según informó el gobierno iraquí, una mujer se inmoló por la tarde dentro de una de las carpas donde descansaban los creyentes a mitad de camino. Al menos 27 murieron y 75 resultaron heridos, muchos de gravedad. Horas después, un coche bomba se estrelló contra una estación de colectivos al norte de la capital, justo en el momento en que decenas de chiítas llegaban de países vecinos para comenzar el peregrinaje. Nueve personas murieron y más de 40 tuvieron que ser hospitalizadas.

En total, la comunidad chiíta sufrió cuatro atentados en los últimos dos días. El jueves, dos peregrinos murieron en dos ataques separados cuando intentaban llegar a Kerbala para ser parte de las masivas celebraciones por un nuevo aniversario del nacimiento en el siglo IX del duodécimo imán chiíta, Mohamed al Mahdien. Ayer, después del cuarto ataque contra los peregrinos, el gobierno iraquí decidió movilizar a más de 40 mil soldados y policías a Kerbala, la sede de las festividades de mañana.

Sin embargo, el aluvión de comandos de seguridad poco puede hacer para frenar la nueva modalidad de la insurgencia iraquí, las mujeres suicidas. “No tenemos suficientes mujeres policías para registrar a las peregrinas. De día, aún es posible detectar a los kamikazes, pero al caer la noche es más difícil. A causa del jimar (velo que cubre enteramente el rostro), muchas veces no se puede saber si son hombres o mujeres”, explicó el general Mahmud Abdel-Reza, jefe del departamento de Salud de la provincia de Babilonia.

El mes pasado tres atacantes suicidas se inmolaron en medio de una multitud de peregrinas chiítas que marchaban por la ciudad de Iskandariyah, hacia Kerbala. Más de 30 murieron y un centenar resultó herido en el mismo lugar donde ayer una mujer se inmoló dentro de una carpa de descanso. Tres policías habían advertido sobre el aspecto sospechoso de las atacantes, pero no pudieron hacer nada ya que los agentes hombres no pueden registrar a las mujeres.

Los policías que llegaron al lugar después del atentado recordaban ayer que el año pasado, durante el peregrinaje, otra mujer se había inmolado en medio de la multitud dejando decenas de muertos y heridos. La ciudad de Iskandariyah es parte de lo que en estos últimos años se conoció como el “triángulo de la muerte”. Esta región al sur de Bagdad fue durante mucho tiempo uno de los principales bastiones de Al Qaida, la organización terrorista de base sunnita.

Según anunció ayer el gobierno, de los 40 mil agentes que desplegaron en Kerbala, apenas dos mil son mujeres. Sostienen que será suficiente porque tendrán el respaldo de aviones de guerra iraquíes y un sistema de vigilancia norteamericano, del que no dieron ninguna precisión.