Dom 17.08.2008

EL MUNDO  › EN SU PRIMER DIA COMO PRESIDENTE DE PARAGUAY, LUGO VISITO LA CIUDAD DONDE MAS PREDICO

“Ningún militar va a reprimir campesinos”

El San Pedro pobre y campesino donde el mandatario paraguayo ofició de obispo durante una década ayer recibió a su hijo pródigo con un desayuno, una misa y un acto popular. Lugo habló en guaraní y Chávez acompañó con promesas de ayuda.

› Por Mercedes López San Miguel

Desde San Pedro

Los habitantes de San Pedro de Ycuamandiyú amanecieron revolucionados: esperaban con ansias la llegada de su ex obispo Fernando Lugo. A las ocho de la mañana, el flamante presidente y su invitado estrella, el venezolano Hugo Chávez, desayunaron mate cocido y chipitas en la casa parroquial que está en una de las esquinas de la plaza Mariscal López. Más tarde firmaron varios acuerdos, entre ellos, uno petrolero entre Pdvsa y Petropar, Petróleos de Paraguay. A último momento se supo que no llegaría el boliviano Evo Morales, pero su ausencia no empañó el espíritu de esta ciudad, ubicada a 460 kilómetros de Asunción, de casas bajas y calles de tierra y adoquín.

Después del desayuno una multitud siguió a los mandatarios a la catedral de San Pedro Apóstol, donde ofició misa Alberto Martínez, el sucesor de Lugo en el obispado de San Pedro.

La fachada de la catedral es de columnas blancas con detalles amarillos en los marcos de las ventanas. Aquí durante más de una década Lugo sirvió como religioso. La gente lo reconoce. Al llegar se detiene para saludar. Todos quieren darle la mano. Después de un rato entra muy escoltado por algunos de sus ministros.

Muy cerca del ex obispo se lo ve también al gobernador José Ledesma. El presidente también vino aquí para darle un espaldarazo a quien llaman su “padrino”, porque llevó a Lugo por los senderos de la política. El gobernador es del Partido Liberal Radical Auténtico, soporte de la oficialista Alianza Patriótica para el Cambio. A Ledesma se lo conoce por “Pakova”, banana en guaraní, y ayer juró su cargo. Al verlo entrar a la iglesia, alguien le gritó “¡fuerza!”.

Después el mandatario paraguayo dirigió unas palabras a los campesinos que habían ido a verlo, desde una tarima montada en la plaza central, de cara a la catedral. Primero Chávez se ocupó de la entrada en calor. Prometió asfaltar las calles de San Pedro y traer una fábrica de fertilizantes. La gente aplaudió. Habían venido de todos los pueblos y rancheríos de esta zona agrícolo-ganadera al norte del país, que es estigmatizada por la presencia de los Sin Tierra y por su pobreza extrema. Después del discurso de Chávez los gobiernos venezolano y paraguayo firmaron varios acuerdos energéticos, de comunicación y combate de la pobreza.

Sobre el final habló Lugo, mayormente en guaraní y un poco en español. Dijo que su gobierno va a ser popular. “Los campesinos, los Sin Tierra, los niños que se merecen lo mejor de nuestro trabajo, por ellos da gusto conversar con la gente día y noche y dormir pocas horas. Queremos mirar el futuro y que lo hagamos todos juntos.” Aplausos generales. “Ningún militar va a salir a reprimir campesinos”, dijo Lugo, provocando más aplausos. “Los pobres son la riqueza de la Iglesia.”

Al levantar la espada bolivariana que le regaló su homólogo venezolano, dijo que le va a servir para “luchar contra la corrupción y por la justicia”. Y enseguida agregó: “Llegó el tiempo de San Pedro, de todo Paraguay, de todos sin distinción”. Un sentido “olé, olé, olé, olé, Lugo, Lugo” se fundió con la música de una polka paraguaya que daba la señal de cierre. Para los sectores de la derecha paraguaya, San Pedro es un departamento conflictivo porque aquí prevalecen las posiciones de los movimientos de campesinos y Sin Tierra más duros. Y se llevan a cabo ocupaciones de tierra en demanda de una reforma agraria, que es una promesa de campaña de Lugo.

Pero para los habitantes de San Pedro la falta de trabajo y la pobreza no pueden esperar. Sentado afuera de la Universidad Tecnológica, que está frente a la catedral, y alejado del conglomerado de gente que observa el acto en la plaza, el empleado público Feliz Cañete dice que en San Pedro hay que mejorar la salud, la educación y el trabajo, pero sobre todo los programas de salud. “El servicio es pécimo y caro”, se queja.

Lo mismo dice Edgar Ugarte, docente de 27 años, que vino al acto con Cañete: “La ciudad de San Pedro es súper tranquila, quizás en las afueras haya un poco de inseguridad. Acá lo que necesitamos son puestos de empleo”, dice.

–¿Pensás que con el nuevo gobierno esto va a cambiar?

–Ojalá que cambien las cosas. Yo conocí a Lugo en una charla sobre liderazgo. Me da esperanza.

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