Desde San Pedro

Esperanza Martínez es la nueva ministra de Salud de Paraguay. A pesar de un frondos currículum académico, su nominación provocó la inmediata reacción de sectores de la Iglesia, por su postura a favor de la legalización del aborto. En diálogo con PáginaI12, afirma que pondrá en marcha una estrategia en dos sentidos: en lo urgente y a largo plazo, basándose en la filosofía de la universalidad.

–¿Cómo hará para materializar el lema de campaña “Salud para todos”?

–Tenemos una filosofía política que apunta a un modelo a largo plazo de lograr un sistema de salud universal, integral y gratuito para los seis millones de paraguayos. Las prioridades son: construir la atención primaria en salud, hacer que los centros y puestos de salud sean las prioridades de inversión con recursos y capacitación, para que esos lugares resuelvan las afecciones de la gente. Porque los lugares locales no funcionan y no permiten dar una respuesta. Tendremos dos equipos de trabajo: uno de contingencia porque hay una serie de problemas urgentes –estamos recibiendo un ministerio con una muy baja ejecución presupuestaria– y otro que aporte a problemas más estructurales de manera más lenta y sostenida. Mi responsabilidad es con todo el país.

–¿Usted tiene una posición favorable a la legalización del aborto?

–El aborto es un tema conflictivo en Paraguay, tiene penalidades explícitas. Creo que ésa es una discusión que tiene que ser abordada colectivamente y la decisión tiene que ser independiente de mi postura a favor de la despenalización. Es un asunto a resolver por la sociedad en su conjunto. En un país donde hay muchas debilidades en términos de la educación de las mujeres, de las niñas que son hoy niñas madres muy jóvenes; en un país donde todavía el acceso a la salud está lejos para casi el 30 por ciento de la población; que no tenemos un parto garantizado con medidas sanitarias. Queremos apuntar a disminuir la mortalidad materna, que nos coloca en el tercer lugar en América latina.

–¿Cuáles serán las claves de su gestión?

–Será en base a cuatro aspectos: universalidad, integración, equidad y participación social. Implica reestructurar el sistema de salud a través de redes de atención. La idea es llegar con cien equipos de salud de la familia cada cinco mil personas y esto que esté en conexión con las policlínicas de atención cada 50 mil personas, como una manera de que la atención primaria sea de calidad. Este proyecto va a ser a largo plazo, dada la brecha que tenemos en términos sociales y económicos.