Mié 03.09.2008

EL MUNDO  › SOSPECHAN QUE LA AGENCIA KROLL PINCHó TELéFONOS DE LA CORTE

Lula cambió al jefe de espías

El presidente de Brasil dijo ayer, luego de nombrar a Wilson Robert Trezza como nuevo director de la Agencia Nacional de Inteligencia (ABIN), que se empeñará en “mostrar que hay transparencia en la investigación” sobre las escuchas.

› Por Darío Pignotti

Desde Brasilia

La crisis entre los poderes Ejecutivo y Judicial en Brasil dio señales de descompresión ayer, luego de que el presidente Luiz Inácio Lula da Silva cediera a la Corte Suprema y removiera a la cúpula de los servicios de inteligencia, y el ministro de Seguridad Institucional, general Jorge Félix, compareciera ante una comisión investigadora del Congreso.

Sigue en pie, en cambio, el enigma sobre quién y por qué pinchó los teléfonos del titular de la Corte, ministro Gilmar Mendes, y ganaron cuerpo las sospechas, por el momento carentes de pruebas, sobre un banquero que suele contratar a la agencia de espionaje norteamericana Kroll, donde acostumbran reciclarse jubilados de la CIA.

Lula da Silva dijo ayer, luego de nombrar a Wilson Robert Trezza como nuevo director de la Agencia Nacional de Inteligencia (ABIN), que está empeñado en “mostrar que hay transparencia en la investigación” sobre las escuchas ilegales realizadas a un teléfono de Gilmar Mendes. Anteayer el presidente había apartado del cargo al comisario Paulo Lacerda, ex jefe de ABIN y a sus principales colaboradores, entre ellos el jefe de contraespionaje, no por iniciativa propia, sino por presión de Mendes y el pleno de los miembros del Supremo Tribunal en virtual pie de guerra con el Ejecutivo es debido a la publicación en la revista Veja de la transcripción de conversaciones interceptadas por presuntos agentes del gobierno.

Lula ayer no mostraba el semblante tenso del lunes, cuando celebró una reunión de emergencia con la cúpula del Poder Judicial. Se lo veía sonriente, con el rostro asoleado, después de haber encabezado una ceremonia en una plataforma de Petrobras fondeada, donde se extrajo la primera muestra de petróleo alojado en grandes profundidades. En campos semejante al que visitó ayer hay unos 50.000 millones de barriles de petróleo, que pueden hacer de Brasil una potencia energética. Con media sonrisa de lado, el presidente declaró a un remolino de reporteros que un supuesto agente de la ABIN entregó el contenido de la pinchadura telefónica a la prensa. “La fuente del caso habló con periodistas, no fue conmigo. Si alguno de ustedes periodistas quiere facilitar la investigación, podremos resolverlo rápido. En caso contrario deberemos investigar con más profundidad”, ironizó.

El dardo de Lula iba hacia la revista Veja, la más vendida de Brasil, que cultiva una línea editorial que combina una oposición militante al gobierno junto con posiciones típicas de los neocons. El número del sábado, además de publicar la bomba contra el gobierno, dedicó sus páginas principales a una obsequiosa entrevista a un investigador de la Fundación Heritrage, baluarte de la derecha norteamericana.

Pero, más allá de la irritación de Lula, lo cierto es que la grabación existió pues el ministro Mendes reconoció que la transcripción de la revista coincide con su diálogo con un senador. ¿Y en qué se funda entonces la inquina de Lula y varios de sus asesores con la publicación?

Primero en cuestiones políticas: Veja es irreductible en sus críticas al Palacio del Planalto, y segundo, en una sospecha apenas disimulada: el gobierno cree que la revista es cómplice del banquero Daniel Dantas, dueño del Banco Opportunity. El diputado oficialista Nelson Pellegrino sugirió ayer en la Comisión Investigadora de las Pinchaduras Telefónicas del Congreso que Dantas pudo haber sobornado a un espía de la ABIN y obtenido la cinta en cuestión para desatar la guerra entre el Palacio del Planalto y la Corte. Según la tesis de los hombres del presidente, Dantas maquinó esa conspiración para vengarse del gobierno luego de que hace un mes la Policía Federal lo detuvo bajo cargos de lavado de dinero y otros delitos financieros.

No sería la primera vez que Dantas carga contra el gobierno petista: en 2004 se lo acusó y con pruebas de haber contratado a la empresa Kroll para seguir a un ministro de Lula. El general Jorge Félix, ministro del Gabinete de Seguridad Institucional, dijo reservadamente que “Daniel (Dantas) puede estar detrás de todo esto”, según publicó ayer la prensa.

De momento, las especulaciones del gobierno no pasan de eso y si bien los antecedentes del banquero Dantas no son los mejores, tampoco puede desecharse que el escándalo sea producto de una saga entre bandas rivales que actúan en los servicios secretos.

Un dato: la ABIN, creada en 1999, es heredera del Servicio Nacional de Inteligencia (SNI) disuelto en 1990, luego de haber sido uno de los órganos clave del aparato de control y represión de la dictadura.

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