La crisis en el Congreso paraguayo terminó y el ex presidente Nicanor Duarte Frutos fue el gran perdedor. La Cámara de Senadores decidió ayer que el ex mandatario será senador vitalicio y no pleno, como él quería. Después de amenazarlo con una posible destitución, la bancada oficialista consiguió convencer al presidente de la Cámara alta, Enrique González Quintana, de que aceptara la resolución. “Por el bien del país renunciamos a nuestras propuestas”, dijo el hombre del ex general golpista Lino Oviedo. Afuera del Congreso, unos ocho mil simpatizantes del presidente Fernando Lugo repudiaban al ex presidente por su supuesta participación en el complot golpista denunciado por Lugo esta semana.

Mientras los oviedistas se replegaban y aceptaban el dictamen de la mayoría oficialista, Duarte Frutos y un puñado de senadores colorados que le siguen siendo fieles prometieron una nueva pelea, esta vez en los tribunales. “Yo fui electo y proclamado. Voy a recurrir a la Justicia nacional e internacional”, adelantó el ex mandatario, quien acudirá a la ONU, la OEA y hasta el Mercosur. A partir de ahora, Duarte Frutos ya no tendrá voto ni contará para el quórum. En su lugar asumirá su suplente, Jorge Céspedes, un dirigente que en esta disputa se pasó al bando de los colorados disidentes, dirigidos por el ex vicepresidente Luis Castiglioni. La disputa por la banca del ex presidente mantenía paralizado al Congreso desde que asumió, el 1º de julio pasado. En las últimas semanas, los dos bloques, el oviedismo y los hombres de Duarte Frutos por un lado, y el oficialismo, los colorados disidentes y la izquierda, por otro, habían creado dos Senados separados, en los que uno suspendía las decisiones del otro. La situación se había vuelto tan tensa que el presidente Lugo llegó a amenazar con llevar la disputa a un referéndum.

Ayer, después de la votación, un grupo de senadores oficialistas fueron al despacho presidencial para comunicarle la buena noticia al ex obispo. “Hoy se destrabó la crisis”, dijo airoso el senador Rafael Fili-zzola tras salir de la reunión.

Mientras tanto, afuera del Congreso el Frente Popular y Social, compuesto principalmente por los movimientos campesinos que apoyan al presidente Lugo, seguían festejando la derrota de Duarte Frutos. Envalentonados, pidieron el cambio del fiscal general y una depuración de los miembros del Tribunal Supremo y de la Justicia Electoral, que sólo pueden ser destituidos por un juicio político en el Congreso. Según sostienen, fueron ellos quienes convalidaron la candidatura a senador del ex presidente.