En las últimas 48 horas, el padrino de una de las familias más poderosas de Colombia cayó preso en Venezuela y un general retirado fue arrestado en el Club Militar de Bogotá, ambos por sus vínculos con los grupos paramilitares. Alvaro Araújo Noguera, el padre de la ex canciller de Alvaro Uribe, Consuelo Araújo, tenía una orden de captura de la Interpol; el general retirado Rito Alejo del Río había zafado de la cárcel hace cuatro años por falta de pruebas, pero hace unas semanas el ex líder paramilitar Ever Veloza, alias “HH”, lo identificó como uno de sus principales aliados en los noventa en Urabá, la región bananera al noroeste del país que fue cuna de los grupos de extrema derecha.

Entre 1995 y 1997 Del Río manejaba la Brigada XVII del ejército colombiano, es decir, tenía el control militar de los departamentos de Antioquia –feudo del presidente Alvaro Uribe– y Urabá. Durante años el general fue conocido como el “pacificador de Urabá” por su lucha descarnada contra la guerrilla. Hace tres semanas, “alias HH”, un antiguo aliado, de-safió esa versión de la historia. “¿Dónde está ese ‘pacificador’ que nos permitía movernos libremente por su jurisdicción? ¿Dónde está el ‘pacificador’ que nos pasaba información a nosotros para que hiciéramos el trabajo sucio? ¿Dónde está el ‘pacificador’ que enviaba a sus tropas a patrullar con nosotros y que nos abría las puertas de sus cuarteles?”, cuestionó el líder paramilitar desmovilizado.

Alias HH siguió esta semana con sus denuncias. A un mes de reconocer alrededor de tres mil asesinatos y desapariciones, el paramilitar aceptó haber ordenado la ejecución de al menos mil colombianos en el puerto de Buenaventura, en el departamento del Valle del Cauca, entre 2001 y 2002. Sus hombres se encargaban de patrullar todos los días los barrios más pobres de la ciudad, el principal puerto del país en el océano Pacífico. Según contó a la Justicia, tanto la policía como las autoridades locales apoyaban sus “sistema de seguridad”.

Como Del Río, el ex senador y ministro nacional Alvaro Araújo Noguera también fue un aliado importante de los grupos armados de extrema derecha en los noventa. Según informó el canal estatal venezolano, el fugitivo podría ser deportado en las próximas horas a Bogotá. Sin embargo, Caracas no quería descartar todavía la posibilidad de una extradición, trámite que tomaría por los menos dos o tres meses. El caudillo fue detenido el jueves por la policía venezolana en Maracaibo, presuntamente utilizando documentos falsos.

Con la ayuda de los paramilitares, la familia Noguera logró controlar los cargos políticos claves en el César, su departamento, y con el tiempo posicionarse en las esferas de poder de Bogotá. Su hijo, senador nacional, y su sobrino, gobernador, ya esperan sentencia por “conspirar” junto a los paras. Su hija, Consuelo, tuvo que renunciar a la Cancillería por los errores familiares. Los lazos familiares alcanzan hasta el procurador general de la Nación, Edgardo Maya Villalón, y uno de los jueces de la Corte Constitucional, Jaime Araújo Rentería.