Dom 14.09.2008

EL MUNDO  › LOS PRESIDENTES DE LA UNASUR SE REUNIRáN EN SANTIAGO DE CHILE PARA RESPALDAR A EVO MORALES

Mañana serán todos para uno y uno para todos

Cristina Kirchner se comunicó con su par chilena para organizar el encuentro que se realizará mañana en La Moneda. “Dentro de treinta años podemos estar viendo documentales como los que vemos ahora sobre la caída de Salvador Allende”, le dijo CFK a Bachelet.

› Por Daniel Miguez

Cinco horas con los teléfonos ardiendo. Entre las siete de la tarde y las doce de la noche del viernes, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, desde El Calafate, y ante las noticias que le llegaban de Bolivia, decidió impulsar una reunión urgente de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), que tuvo una rápida y favorable respuesta de los gobiernos de Chile, Brasil y Venezuela. Sobre la medianoche logró hablar con el principal interesado, Evo Morales, que dio su visto bueno. El encuentro de los presidentes quedó fijado para mañana a las 15 en el Palacio La Moneda, sede del gobierno de Chile.

Además de la presidenta de Chile, Michelle Bachelet y de los presidentes de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva y de Venezuela, Hugo Chávez, ayer a la mañana confirmaron su asistencia Alvaro Uribe, de Colombia, Fernando Lugo de Paraguay, Rafael Correa de Ecuador y el propio Morales. Sólo faltaba la respuesta de los presidentes de Uruguay, Tabaré Vázquez, y de Perú, Alan García, aunque se cree que irán a Santiago mañana.

De acuerdo con lo que pudo reconstruir PáginaI12 en distintas fuentes del Gobierno y diplomáticas, la Presidenta –que luego de un acto en Trelew había viajado a El Calafate para pasar el fin de semana en su casa– se mantenía informada por el canciller Jorge Taiana de las novedades en Bolivia. Taiana, a su vez, recibía las novedades, especialmente, por el secretario general de la Presidencia de Bolivia (una suerte de jefe de Gabinete), Ramón Quintana, hombre de máxima confianza de Morales.

Lo complejo de la situación estaba dado porque grupos paramilitares (según el gobierno boliviano, también integrados por sicarios brasileños y peruanos) tenían virtualmente copado el departamento de Pando y habían asesinado a entre 15 y 30 militantes del oficialismo. Si el presidente Morales no intervenía, su debilidad pasaría a ser extrema, si lo hacía, entraba en una suerte de guerra civil. La única vía lógica era que el ejército se encuadrara y aceptara intervenir en Pando, cosa que ocurrió, pese a que el comandante en jefe de las fuerzas armadas, Luis Trigo, había hecho horas antes declaraciones políticas (en las que advertía contra una hipotética intervención militar de Venezuela en el conflicto) que habían encendido una luz amarilla.

Hasta ese momento, a nivel regional estaba previsto convocar a una reunión de cancilleres de la OEA para la semana próxima, donde seguramente no saldría un documento tan enérgico como el que puede producir la Unasur. En la OEA Estados Unidos tiene un lugar decisivo y su embajador acaba de ser expulsado de Bolivia.

“Jorge, me parece que no hay que dejar pasar más tiempo. Todo indica que la fragilidad institucional en Bolivia es muy grave. Voy a hablar con Michelle y con Lula para ver si podemos reunir a la Unasur cuanto antes”, le dijo CFK a Taiana, según fuentes cercanas a la Presidenta. Allí comenzó la maratón telefónica, que terminó a medianoche con la confirmación del encuentro que oficializó ayer Bachelet como presidenta pro témpore de la Unasur. Hablando con su par chilena, la Presidenta mostró la urgencia del caso con una frase: “Si no actuamos ahora –dijo la argentina–, dentro de treinta años podemos estar viendo documentales como los que vemos ahora sobre la caída de Salvador Allende”.

Taiana había hablado con el canciller de Chile, Alejandro Foxley, y con el asesor de Lula en temas internacionales, Marco Aurelio García.

En la reunión de mañana en Santiago se prevé que los presidentes de Sudamérica emitan un fuerte comunicado de respaldo a las instituciones democráticas en Bolivia y propongan algún tipo de acción, desde el envío de una misión multinacional o el ofrecimiento para oficiar como canales de diálogo para enderezar la situación.

La Unasur ya se había pronunciado recientemente a favor de la institucionalidad en Bolivia, cuando lamentó “la prolongación de las acciones de grupos civiles que conducen a pérdidas de vidas humanas, a personas heridas, a destrucción de bienes públicos y privados, al debilitamiento institucional y riesgo para la democracia y que podrían amenazar su unidad e integridad territorial”. También Foxley había afirmado que “es el deber de esta presidencia pro témpore señalar la total disposición de Unasur de colaborar con el gobierno de Bolivia en el esfuerzo por identificar e implementar vías de diálogo bajo la conducción de las legítimas autoridades de la nación boliviana”.

En el mismo sentido, la Cancillería argentina emitió el viernes un comunicado manifestando su “pleno e incondicional respaldo al gobierno constitucional del presidente Evo Morales Ayma”. El gobierno argentino, además de repudiar “los graves hechos de violencia y sabotaje terrorista”, exhortó a “los prefectos a frenar los actos de violencia en sus respectivos departamentos y convoca a los principales dirigentes políticos y sociales de aquel país para que eviten un agravamiento de la situación y retomen el diálogo”.

Ayer ya había menos nerviosismo que el viernes a la noche. Desde La Paz llegaba información que indicaba que se habían comenzado a abrir canales de diálogo entre el gobierno boliviano y los prefectos (gobernadores) de los cinco departamentos rebeldes.

Según transmitieron funcionarios bolivianos a sus pares argentinos, entre la madrugada y la mañana de ayer, el vicepresidente Alvaro García Linera y el prefecto de Tarija, Mario Cossío, llegaron a un principio de acuerdo para abrir el diálogo sobre algunos de los puntos a los que se oponen los prefectos rebeldes, como el del sistema de autonomías que propone el oficialismo, el impuesto para favorecer a los ancianos y la distribución de las regalías petroleras. El único prefecto que dijo que no aceptaría el diálogo es Leopoldo Fernández, de Pando, el departamento donde rige el estado de sitio luego del masivo asesinato de militantes del oficialismo (ver página 7). “Si el único que queda aislado es Fernández es una buena noticia para Evo”, evaluaban anoche en la Cancillería argentina.

La Presidenta y Taiana partirán mañana a la mañana hacia Santiago y al terminar la cumbre regresarán a Buenos Aires.

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