La tercera vez que Carly Fiorina visitó la Argentina, en 2004, no se fue contenta de la Casa Rosada. En ese entonces ejercía la presidencia de Hewlett-Packard y, según la revista Forbes, era la mujer más influyente de los Estados Unidos. Era el 28 de agosto y por la mañana tenía pautada una entrevista con el presidente Néstor Kirchner. Después de esperar más de 45 minutos que el mandatario la recibiera, se fue de la Casa de Gobierno sin éxito. A la pregunta de un periodista sobre por qué el jefe de Estado no la había recibido, Fiorina respondió con un cortante “pregúntele a él”. En el entorno de Kirchner atribuyeron el plantón a que en esos momentos el presidente estaba abocado a la presentación del Plan de Fortalecimiento Habitacional, que se lanzaría más tarde en el Salón Blanco.

“No vine a presentar inversiones, vine a ver el mercado por mí misma”, había dicho al señalar los motivos de su visita. En una entrevista a un grupo de periodistas celebró el “momento de recuperación” que el país vivía entonces y le auguró un futuro optimista. Pero también reclamó que el Gobierno lograra un acuerdo con los bonistas que quedaron fuera de la reestructuración de la deuda externa. “Hay que entender que, en este siglo, el talento humano se puede extraer de cualquier parte”, dijo. “Por eso creo que es importante para la economía argentina, para la estabilidad argentina y para el futuro de la Argentina que la refinanciación de la deuda se complete y que finalmente, por supuesto, se logre un acuerdo con los acreedores”, agregó.