EL MUNDO
› OBTUVO EL APOYO DE CIRO GOMES PARA EL BALLOTTAGE
Lula gana desde el vestuario
El candidato laborista Ciro Gomes, cuarto en la elección, llamó a votar por Lula, mientras el oficialista José Serra iniciaba negociaciones para una alianza difícil con partidos de derecha.
El candidato oficialista José Serra salió disparado ayer a hacer negociaciones para ver de dónde sacará votos para aguarle la fiesta a Lula el 27 de octubre. “El partido no tiene alargue: recién empieza”, respondió desafiante a las afirmaciones de Lula cuando dijo que “hemos jugado 90 minutos, pero nos preparamos para un partido de 120”. Por el momento, no tiene demasiado con qué desafiarlo. A la diferencia abismal que hay entre ambos (más de 20 puntos de diferencia) se suma el hecho, anticipado ya por este diario, de que el candidato del Frente Laborista, Ciro Gomes, anunció su apoyo incondicional a Lula para la segunda vuelta. “Lula es quien representa las necesidades del país”, declaró Gomes, que obtuvo el 12 por ciento de los votos, quedando en cuarto lugar en las elecciones del domingo. El socialista Anthony Garotinho, que sacó el 17 por ciento, ya había dicho que apoyaría, en forma condicional, a Lula. Con apenas una pequeña parte de los votos de Gomes y Garotinho, el candidato del PT ganaría cómodamente en el ballottage.
Serra, del Partido Socialdemócrata Brasileño (PSDB), se reunió ayer con el vicepresidente Marco Maciel, líder del conservador Partido del Frente Liberal (PFL), para pedirle el apoyo del partido para el 27 de octubre. Maciel, acompañado de representantes de su partido, se comprometió apenas a proponer el voto a Serra en la convención del partido que se realizará hoy en Brasilia. “Vamos a analizar la situación y me inclino por la posibilidad de apoyar a Serra, pero no puedo anticipar nada porque el partido es quien decide”, señaló Maciel.
La cuestión es complicada para el oficialismo, porque hay sectores del PFL que no quieren saber nada con Serra. El senador electo y eterno caudillo principal del PFL, Antonio Carlos Magalhaes, ya anunció que apoyará a Lula, y otros sectores, como el de la senadora electa por el estado de Maranhao Roseana Sarney, rechazan abiertamente decidirse por Serra. Roseana Sarney sostiene que Serra está detrás de las denuncias de corrupción contra su marido que en su momento, cuando ella lideraba las encuestas sobre Lula, terminaron con su candidatura presidencial.
Serra y su candidata a vice, Rita Camata, también se reunieron ayer con el diputado Francisco Dornelles, del derechista Partido Progresista Brasileño (PPB), pero éste no formuló declaraciones y pareciera ser que las negociaciones todavía están verdes. Y además del PFL y el PPB, está el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), de fuerte presencia en el Congreso. El PMDB apoyó orgánicamente a Serra y aportó a Camata como su compañera de fórmula, pero pesos pesados del partido, como los ex presidentes José Sarney e Itamar Franco, ya se inclinaron por Lula.
Varios analistas políticos señalan que la negociación pesada la está llevando el presidente Fernando Henrique Cardoso. El jefe de campaña de Serra, Nelson Biondi, dijo ayer que “poner a Cardoso en el centro de la discusión ayudará a recoger el voto de los que temen a Lula y que esperan un cambio tranquilo en momentos de tormenta financiera”, reconociendo implícitamente que el oficialismo piensa ser el pescador de este río revuelto, o sea, que no estaría en sus planes evitarlo, por lo menos hasta el 27 de octubre. Ayer, por lo pronto, fue un día tranquilo para los mercados.
La segunda parte de la estrategia consiste en insistir en los ataques a Lula, algo que no se probó muy eficaz. Después de comentar el asunto de las alianzas, Serra manifestó que quiere un amplio debate en los medios de comunicación con Lula, para que los brasileños se enteren de cuál es el mejor programa para el país. “La segunda vuelta no es una prórroga del juego, no es un aplazamiento de la decisión, es una muestra de que la población quiere debatir los problemas y soluciones”, dijo. Disparó sus dardos sobre Lula, al afirmar que el candidato del PT señala los errores del actual gobierno sin hacer propuestas. “No se puede gobernar el país mirando el espejo retrovisor. Hay que mirar hacia adelante”, señaló.
Mientras tanto, la mira de Lula está en el trabajo en las calles. Con el apoyo de Gomes y de Garotinho, más allá de los matices que presenta cadauno, la interpretación en el PT es que hay que salir a conquistar votos de todos lados y recorriendo el país. “Quiero el voto hasta de quien no quiere cambios”, ordenó Lula a la dirección del PT. “El 13 (la identificación electoral del PT) le hace bien al país, ya sea con votos llegados de la derecha o de la izquierda”, agregó. “Debemos tener claridad para intentar convencer a todos los que no nos votaron, pero no vamos a pelear por los votos de Serra”. El responsable de la imagen de Lula, Duda Mendonça, agregó que “nosotros vamos a marcar las diferencias programáticas: por un lado Lula, candidato de la producción, y por otro Serra, candidato de la especulación.”
En algún sentido, los dirigentes del PT también se están moviendo según la lógica de Lula “virtual presidente”. El presidente del partido, José Dirceu, elogió ayer las declaraciones del Departamento de Estado norteamericano, que dijo que Estados Unidos “está deseoso de trabajar con quien sea que emerja ganador de la elección presidencial”. Las palabras de Estados Unidos “son muy positivas”, estimó Dirceu. “La política externa del gobierno de Lula no será prisionera de enfrentamientos ideológicos, pero deberá pautarse por el interés nacional y por la búsqueda de la más armónica convivencia posible en el espacio de las Américas”, señaló a través de un comunicado.
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