Vie 11.10.2002

EL MUNDO

Un millón fue ayer contra Chávez; prometen otro a favor para mañana

Mientras otro alto jefe militar salía a cuestionar al gobierno, la oposición a Hugo Chávez logró el mayor éxito de su historia.

Fue la mayor marcha contra Chávez de la historia. Con el lema “Elecciones ya”, cientos de miles de personas, que algunos estimaron en un millón, se congregaron ayer en las principales avenidas de Caracas reclamando la salida del presidente Hugo Chávez y el llamado a elecciones anticipadas. Desde temprano partieron de la Plaza Altamira y Parque del Este del municipio Chacao, bastión residencial opositor del este de la capital al presidente, bajo la organización de Fedecámaras, la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV) y la Coordinadora Democrática, que agrupa a los partidos políticos y grupos civiles antichavistas. La CTV anunció que si Chávez no dimite el 21 de mes convocará a una huelga nacional. Pero el gobierno se negó de lleno a celebrar elecciones antes de agosto de 2003, mientras Naciones Unidas y Estados Unidos llamaban a la mesura y la responsabilidad civil. Y en simultáneo con las manifestaciones surgió otro brote de descontento militar: el vicealmirante Alvaro Martín Fossa, jefe del Estado Mayor Conjunto de la fuerza armada, denunció la “politización del Ejército”, “maltrato y desconsideración” del ministro de Defensa, José Luis Prieto, y la persecución contra los militares vinculados al efímero golpe del 12 de abril, que le toca de cerca.
La multitudinaria marcha opositora se desplegó sin incidentes sumando un millón de adeptos, según estimaciones independientes que incluso fueron aceptadas por voceros del gobierno, superando así a la recordada marcha opositora del 11 de abril –preludio del efímero golpe contra el presidente–, que reunió a 200.000 personas. Unos 3000 agentes de las policías municipales del área metropolitana de Caracas se ocuparon de garantizar la seguridad de la convocatoria, sobre todo en las cercanías al Palacio de Miraflores, que fue desalojado, y en cuyas áreas adyacentes el gobierno desplegó contrafrancotiradores. Según Alfredo Ramos, secretario de la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV), la marcha “es prácticamente un plebiscito, en el que el pueblo le está diciendo al presidente Chávez que se vaya, que convoque a elecciones”. Por su parte, el presidente de este mismo sindicato, Carlos Ortega, advirtió que el próximo 21 de octubre realizarán un huelga nacional si Chávez no renuncia a su cargo o convoca a elecciones adelantadas. El gobierno reconoció la legitimidad de la marcha de Caracas, pero señaló la negativa del presidente de renunciar, como tampoco la fórmula del adelanto de la elecciones, porque es una opción que no está incluida en la Constitución. El oficialismo plantea como alternativa opciones constitucionales como el “referéndum revocatorio”, que permitiría destituir a Chávez a la mitad de su mandato, en agosto del próximo año, siempre que en la consulta el número de votos en su contra sea superior al que obtuvo cuando fue elegido.
La marcha estuvo repleta de color local, con disfraces, matracas y bombas de estruendo. Entre la muchedumbre abundaban banderas venezolanas y de todos los partidos opositores –Copei, Primero Justicia, MAS y otros grupos minoritarios–, pero destacó la presencia del color blanco de Acción Democrática. La columna iba flanqueada por numerosos patrulleros y policías de distintos municipios, que tenían como consigna resguardar la seguridad y evitar desbordes o incidentes. El ambiente en la calle fue de fiesta y alegría, aunque luego aumentó la tensión. Mientras los opositores desarrollaban su marcha, unos 300 militantes chavistas de los círculos bolivarianos estaban apostados en Carmelita, a una cuadra del Puente Llaguno y a dos del palacio presidencial de Miraflores. “Este es un plan de contingencia, el presidente Chávez nos dio el lineamiento de estar ojo pelado (tener cuidado) y alertas”, dijo Gabriela Pastor, dirigenta de los círculos bolivarianos “Víctor Jara” y “Luis Mariano Rivera”. Pero la amenaza de una situación parecida a la del 11 de abril quedó disipada.
La manifestación de ayer coincidió con la proclama pública que hizo el vicealmirante en actividad Alvaro Martín Fossa, cuya aparición grabada fue transmitida por todos los canales privados de televisión. Martín denunció que se están realizando numerosas rotaciones y remociones en los mandosque generan descontento y malestar en el seno de la fuerza armada, así como una serie de irregularidades contra los oficiales sometidos a los consejos de investigación por los hechos de abril. “Se modifican los expedientes, se viola el debido proceso, se incumplen los tiempos, no se permite la asistencia de abogados y se aplican sanciones severas contra los generales sin que existan elementos suficientes de pruebas”, subrayó.
En previsión de incidentes, unidades de la Guardia Nacional (GN), y vehículos blindados del Ejército controlaron durante la jornada las zonas de Caracas declaradas recientemente bajo seguridad militar. En la localidad de San Juan de los Morros, a unos 150 kilómetros al sur de Caracas, una persona murió de un disparo en la cabeza, durante un confuso incidente entre personas que apoyan a Chávez y opositores que se dirigían a la marcha de protesta en la capital; también se informó que hubo seis heridos en una trifulca previo al acceso a Caracas. Entrada la tarde, la movilización se dispersó tranquilamente.

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