EL MUNDO › CAMPESINOS E INDíGENAS COMIENZAN UNA MOVILIZACIóN DE ORURO A LA PAZ
La nueva Carta Magna, aprobada en diciembre pasado y revisada por el gobierno y la oposición, llegó al Congreso. Evo Morales espera que una ley dé luz verde al referéndum.
› Por Sebastián Ochoa
Desde Santa Cruz
Esta mañana partirá de Caracollo, departamento de Oruro, una marcha de miles de campesinos e indígenas que dentro de una semana llegará al Congreso, en la ciudad de La Paz. Allí negocia la “Comisión de Concertación”, integrada por 15 legisladores de los cuatro partidos mayoritarios: Poder Democrático Social (Podemos), Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR), Unidad Nacional (UN) –todos opositores– y el oficialista Movimiento Al Socialismo (MAS). La nueva Constitución fue aprobada el año pasado en Oruro por 164 de los 255 asambleístas elegidos por voto popular. El mes pasado, el gobierno nacional y los prefectos del opositor Consejo Nacional Democrático (Conalde) le pasaron la escoba a ese texto, sobre todo en el capítulo de autonomías. Ahora es el turno de los congresistas, que no garantizan un acuerdo. El presidente Evo Morales espera que finalmente una ley convoque a referéndum por la nueva Constitución. Del lado de las organizaciones consideran que a la oposición no le importa llegar a acuerdos sino poner trabas al gobierno.
Morales inaugurará hoy la marcha, cuyo destino es la plaza Murillo. Allí pedirán al Congreso que permita a la población dar el Sí o el No a un texto que promete “refundar Bolivia”. Al menos ésa era la consigna de la nueva Constitución votada en diciembre. Habrá que ver qué queda luego de su paseo por decenas de manos, tijeras y remodelaciones en pos del “Gran Acuerdo Nacional”, abortado por el Conalde y el gobierno en Cochabamba.
La marcha está organizada por la Central Obrera Boliviana (COB) y la Coordinadora Nacional por el Cambio (Conalcam), que reúne a 60 organizaciones sociales en sintonía con Morales. No obstante la COB, en agosto, se había movilizado contra el gobierno para que se aprobara el proyecto de ley de pensiones presentado por los obreros. Las manifestaciones dejaron dos muertos en enfrentamientos con la policía en un bloqueo de Oruro. Aún no se encontraron los responsables.
Se calcula que esta mañana partirán al menos 10 mil manifestantes. A medida que se acerquen a La Paz, se sumarán varios miles más. Ayer, los congresistas de la oposición enviaron una carta al Conalcam y a la COB para que estén en el diálogo de hoy. Los manifestantes evaluaron que era una estrategia para quitarle sentido a su movilización. “Ya tenemos todo preparado, el camino trazado, las ollas. Ahora con una carta nos dicen que vayamos al diálogo. Vamos a mandar una comisión el martes”, dijo a PáginaI12 Elías Quelca Mamani, Jiliri Apu Mallku (máximo dirigente) del Consejo de Ayllus y Markas del Qollasuyo (Conamaq), que tendrá a 2 mil representantes en la marcha de 300 kilómetros.
Los congresistas no se limitarán a leer el nuevo texto constitucional. Sin embargo, Quelca Mamani sostuvo: “Ya hemos dicho que no se puede tocar la nueva Constitución. Debe ir a referéndum así como salió de Oruro. La oposición pone todas estas trabas para ganar tiempo mientras piensa en cómo detener este proceso. No aceptamos eso”. En un principio, la marcha que empieza hoy tenía la finalidad de cercar al Congreso hasta que saliera la convocatoria a la consulta. Luego, los organizadores decidieron convertirla en vigilia para que los políticos de los partidos de derecha no los acusaran de “antidemocráticos”.
Podemos, que controla el Senado, puso 16 “peros” al nuevo texto, sólo “algunos de los problemas estructurales” que tiene, según un documento de esa bancada. Entre los cuestionamientos a la Constitución “masista”, enumeran “la conformación segregacionista de poderes” (por las elecciones según usos y costumbres de cada nación indígena para diversos organismos de gobierno), “la reelección presidencial” (que –según Podemos– puede dejar a Morales por 10 años más en la presidencia), “la desaparición de la República de Bolivia” (en referencia a la propuesta del Estado Plurinacional Comunitario), “la propiedad privada en riesgo”, “los recursos naturales y su mala administración”, “la autonomía cercenada” y “la discriminación lingüística” (porque serían idiomas oficiales el castellano y el de los 36 pueblos indígenas).
En el oriente ya comenzó la campaña por el No a la nueva Constitución, con carteles que imperan: “No a la Constitución venezolana”, coloreados de rojo para emular sangre. “Están proponiendo un No a algo que todavía no conocen en detalle”, dijo ayer el vicepresidente, Alvaro García Linera.
Explicó que con los congresistas sólo se modificarán los artículos donde detecten contradicciones. Pero –aclaró– “hay que precisar cuáles son esas contradicciones, en qué puntos y cómo se hacen esas correcciones sin poner en duda la estructura general del cuerpo de la nueva Constitución”.
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