Jue 23.10.2008

EL MUNDO  › LA FUERZA INTERNACIONAL QUE LIDERA ESTADOS UNIDOS BOMBARDEó POR EQUIVOCACIóN A SUS ALIADOS

La OTAN mató a nueve soldados afganos

En los últimos tres años suman 550 los civiles muertos “por error” de objetivo y no hubo condena. El presidente afgano, Hamid Karsai, pide públicamente a la OTAN que coordine con ellos sus operaciones militares.

La OTAN se equivocó y bombardeó a sus aliados afganos. Atacó un puesto de control que protegía el registro de votantes en la zona fronteriza con Pakistán y mató a nueve soldados. “Las fuerzas de la coalición quizá mataron o hirieron por error a soldados afganos la pasada noche en la provincia de Khost”, fue toda la confirmación que dio ayer el comando militar norteamericano, el responsable de las fuerzas extranjeras en el país. El gobierno afgano repudió el ataque y prometió condenar a los responsables. Sin embargo, en los últimos tres años las fuerzas internacionales sumaron más de 550 civiles muertos “por error” y ninguna condena.

“Estas tragedias debilitan la moral de las fuerzas de seguridad y pueden incluso poner en peligro su desarrollo. Prometemos al pueblo afgano y al ejército que los culpables serán perseguidos y juzgados según las leyes en vigor”, rezó un comunicado difundido por el Ministerio de Defensa afgano. Esa fue la única voz oficial que se escuchó ayer. Aunque en el comunicado se anunció la apertura de una investigación conjunta, el comando militar estadounidense dio a entender que el “error” habría sido de ambas partes. Su versión es que el convoy de la coalición internacional regresaba de una operación en Khost cuando recibieron disparos desde la tierra, supuestamente de los soldados afganos. Sólo entonces, sostiene el comunicado, dispararon contra el puesto de control.

En los últimos meses el presidente Hamid Karsai pidió públicamente a la OTAN que coordine con ellos sus operaciones militares. No sólo porque muchas veces sus hombres terminan siendo víctimas involuntarias de los jets y los Black Hawks estadounidenses, sino también porque cuando los “errores” de la coalición internacional dejan decenas de muertos civiles, el gobierno afgano no puede hacer más que quejarse. Su debilidad queda al descubierto.

El gobierno afgano todavía no ha conseguido que el Estado Mayor Conjunto estadounidense reconozca y condene la matanza de más de 90 civiles el 22 de agosto pasado. En uno de sus bombardeos, las fuerzas norteamericanas destruyeron la principal mezquita de la ciudad de Azizabad, en el oeste del país. Aseguraban que allí se escondían combatientes del movimiento talibán.

El “daño colateral” de la operación, informaron, fue de siete civiles. Sin embargo, los testigos, las ONG que trabajan en el país y más tarde el propio presidente Karsai denunciaron que había sido una masacre. Dos meses después una investigación interna del ejército estadounidense elevó el saldo de muertos a 33 civiles, entre ellos 12 niños, pero no asignó responsabilidades ni pidió sanciones.

Un mes antes, en julio, aviones norteamericanos volvieron a equivocarse y en vez de atacar los refugios de los talibán, bombardearon una boda. El saldo fue de 64 muertos y más de un centenar de heridos. Aunque todos los testigos coinciden en esta versión de los hechos, la investigación sigue abierta y ningún militar extranjero fue acusado.

Según un informe de la organización humanitaria Human Rights Watch, el número de civiles muertos en los bombardeos de las fuerzas internacionales en Afganistán se triplicó entre 2006 y 2007. Pasó de 115 víctimas en 2006 a 321 al año siguiente y en lo que va del año ya llevan 119.

En total, sumando los supuestos insurgentes, más de 4200 personas han muerto este año en los combates cuerpo a cuerpo y por los bombardeos. Ayer, mientras los helicópteros de la OTAN atacaban a los soldados afganos, a unos kilómetros de allí la policía local se enfrentaba a un grupo de milicianos talibán. “Más de cien talibán lanzaron un ataque para apoderarse del distrito de Dihraud, en la provincia de Oruzgán. La policía local resistió y mató a 35 talibán”, informó el jefe de la policía provincial, Juma Gul Hemat. “En los combates también murieron tres policías y nueve fueron heridos.”

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