Rusia le cortó el gas a su ex aliado Ucrania en pleno invierno. La empresa estatal Gazprom anunció ayer la total suspensión del abastecimiento de gas a la antigua república soviética, después que venciera el plazo para que ambas partes llegaran a un acuerdo sobre los precios de este combustible en 2009. Hace dos semanas, el premier ruso y ex presidente Vladimir Putin había advertido que “la era del gas barato había terminado”. El gobierno ucraniano ya le pidió a la Unión Europea (UE) que mediara con el Kremlin y reestablezca el suministro.

A través de su nueva presidencia, la UE salió en defensa de su miembro, pero sin demasiada fuerza. “Todos los compromisos existentes de abastecimiento y tránsito deben ser respetados”, aseguró el viceprimer ministro checo Alexander Vondra pocas horas después de que su país asumiese la presidencia semestral del bloque. Vondra pidió que se mantuviera el suministro a Europa. El temor de Bruselas es que el conflicto con Ucrania afecte al resto del bloque. Más de un 80 por ciento de las importaciones de gas ruso en Europa atraviesan ductos ucranianos. Una disputa similar en 2006 derivó en caídas del suministro a Europa, y los expertos estiman, sin embargo, que Ucrania cuenta con suficientes reservas para pasar el invierno.

Para apagar las alertas, el Kremlin garantizó que el envío de 300 millones de metros cúbicos diarios de gas natural a sus clientes en Europa no se modificará. El único afectado por la decisión rusa, explicó la cancillería en Moscú, es Ucrania. La compañía ucraniana Naftogaz ya adelantó que la presión en los gasoductos disminuyó y que en los próximos días tendrán que recurrir a las reservas.