EL MUNDO › A PESAR DE LOS COHETES DIARIOS, HAY QUIENES APUESTAN POR LA PAZ
› Por Ben Lynfield *
Considerando que la gente en y alrededor de la ciudad israelí de Sderot ha estado bajo ataques diarios de cohetes de Hamas durante gran parte de los últimos 20 días, uno podría pensar que apoyarían unánimemente la ofensiva en Gaza. Pero en medio del abrumador apoyo a la guerra, se escuchan solitarias voces de disidencia entre los residentes de la frontera de Gaza. Uri Dan, un coordinador de seguridad para Nir Oz, un kibutz que queda a sólo cinco kilómetros de Gaza, es uno de los pocos pero valientes residentes israelíes que dicen que quieren ver la guerra de Israel en Gaza finalizada.
“En Sderot y en el área alrededor de Gaza, el sufrimiento por los cohetes es grande pero no tiene ninguna proporción con lo que les está pasado a los palestinos”, dijo. “Vivimos al lado de los palestinos y tendremos que seguir viviendo con ellos. Uno debiera vivir con un par humano como un vecino, no como un lobo.” Las críticas a la ofensiva militar de Israel en Gaza por imponer una cuota muy abrumadora de muertos civiles palestinos tiene una resonancia añadida cuando proviene de residentes del sur de Israel en cuyo nombre se está librando esta guerra.
Generalmente, la gente israelí está abrumadoramente a favor de la invasión. Pero lo que les falta en número, apoyo público y cobertura de los medios a los disidentes, lo compensan en valentía y una visión de un futuro más pacífico con los palestinos. Dan, de 64 años, un veterano de las guerras de 1967 y 1973, cree que Hamas causó el conflicto y que la decisión de responder militarmente a los cohetes estaba justificada. Pero dice que la escala y el daño a los civiles ha “creado un odio hacia nosotros durante los próximos 20 años entre los niños de Gaza”.
Está haciendo circular una carta en su kibutz y en los kibutz vecinos declarando apoyo a “cualquier paso” que alivie el sufrimiento de la gente de Gaza. Ahora está llamando a un inmediato cese del fuego. “Debemos parar. Es totalmente claro quién ganó y quién perdió esta guerra, pero aparentemente eso no es suficiente para mucha gente.”
En Sderot, para Naomika Zion, una líder del ahora disuelto grupo de diálogo con los residente de Gaza, la guerra ha sido desgarradora, entre estar bajo los ataques de cohetes, conociendo a familiares de soldados enviados a Gaza y preocupándose por los amigos palestinos en la Franja. “Estoy en una tormenta emocional”, dijo. Quizás el momento más tremendo para ella fue cuando recibió una correo electrónico de una niña palestina de nueve años, diciendo: “Ayúdennos, no entienden que también somos seres humanos”.
Zion se opuso a la guerra desde el comienzo. Cree que fue Israel el que rompió el cese del fuego con un ataque del ejército a Gaza el 4 de noviembre. Esta semana escribió un artículo en el popular sitio web Y-net, titulado “No en mi nombre”, afirmando que los israelíes han perdido su habilidad para ver el otro lado y sentir empatía, y que el público militarista “monolítico” y el discurso de los medios es una amenaza mayor al país que los cohetes Qassan. “Fue duro escribir esto, pero estoy lista para pagar el precio del aislamiento social, pero no el temor. Me imagino que la mayoría de la gente piensa que soy una traidora”, dijo.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.
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