El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, puso en marcha ayer, con una cumbre en la Casa Blanca, el proceso para la reforma del sistema de salud, un objetivo en el que hasta ahora han fracasado todos los gobiernos que lo intentaron. Al clausurar la cumbre, en la que participaron más de 200 especialistas, Obama aseguró que el encuentro produjo el “consenso claro” de que ya es necesaria una reforma de un sistema, que deja sin cobertura médica a más de 46 millones de personas en Estados Unidos.

La cumbre, dijo, representó el “comienzo del debate en este esfuerzo” y a lo largo de las próximas semanas se producirán nuevas reuniones de altos funcionarios en la Casa Blanca para explorar las ideas presentadas y escuchar otras opiniones. Entre los presentes se encontraban legisladores –notablemente el senador Ted Kennedy, uno de los adalides en el Congreso de la reforma salud–, representantes de empresas sanitarias, médicos y pacientes.

A juicio de Obama, esta reforma para rebajar los costos, aumentar la calidad y ampliar la cobertura a todos los estadounidenses, no sólo es “un imperativo moral, es un imperativo fiscal”. En la propuesta de presupuesto que presentó la semana pasada se encuentra una partida de 634.000 millones de dólares para crear un fondo que sirva de “entrada” para sufragar la reforma sanitaria a lo largo de diez años.

Los costos médicos, indicó, crecieron en los últimos ocho años cuatro veces por más que los salarios, y para este año podrían hacer que 1,5 millón de personas pierdan sus hogares. Una persona se declara en quiebra cada treinta segundos en el país por no poder hacer frente a sus gastos médicos.

El presidente estadounidense defendió esta iniciativa con el argumento de que “las inversiones en la reforma ahora, inversiones que recortarán los costos de manera drástica, no se añadirán a nuestros déficit presupuestarios a largo plazo; más bien, es una de las mejores maneras para reducirlos”.

En su discurso, Obama prometió que el proceso será “tan transparente como sea posible” y en él se escuchará “cada voz” y “cada idea”. “Seguir como estamos es la única opción que no se podrá considerar. Y aquellos que busquen bloquear una reforma a toda costa esta vez no vencerán”, sostuvo.

“Mi objetivo – insistió– es aprobar una reforma exhaustiva del sistema sanitario para finales de este año.”