Hugo Chávez hizo Aló Presidente para el mundo árabe. Desde Doha, donde participó de la segunda cumbre de países árabes y sudamericanos, y antes de partir hacia Irán para una visita oficial de dos días, el mandatario venezolano respondió durante dos horas preguntas del público desde los estudios de Al Jazeera. Calificó como “asesino” al gobierno israelí y agradeció a los que propusieron bautizar con su nombre a algunas de las avenidas principales de El Cairo o Beirut. No bien se sacó el micrófono, salió corriendo al aeropuerto para llegar a Teherán antes que anocheciera. Según el programa oficial, Chávez se quedará en Irán hasta mañana y luego partirá hacia Japón y, más tarde, China.

Vestido con uniforme militar verde oliva, con una remera roja bajo la camisa abierta, Chávez acudió a la cita con mapas, las últimas reflexiones de Fidel Castro y con una vieja edición de bolsillo del libro La revolución árabe, de Guido Valabrega. El programa fue similar al de los domingos, excepto que esta vez Chávez prefirió dedicar la mayoría del tiempo a contestar llamadas del público. Entre los seleccionados para salir al aire predominaron los intelectuales –al menos un par de directores de revistas, como La Revista Nasserista de El Cairo–, dirigentes políticos, como un vocero de Hamas en Damasco, gente de la calle y hasta un ex preso sudanés de Guantánamo.

Todos simpatizantes, todos con preguntas que el presidente venezolano quería responder. “Lo de Guantánamo es una de las expresiones más horribles del imperio. Por eso ayer, hablando en la plenaria de la cumbre entre los países sudamericanos y árabes dije: ‘¿Por qué la Corte Penal Internacional (CPI) no va a buscar a George W. Bush?’”, le contestó al ex preso de la cárcel militar estadounidense.

Antes de hacer cada pregunta, los televidentes no escatimaban en halagos para el presidente venezolano, como “tigre americano”, “noble caballero, americano e indígena” o “el hombre que penetró en los corazones de todos los árabes”. Todos los que hablaron con el mandatario coincidieron en agradecerle por la ruptura de relaciones con Israel durante la última invasión a la Franja de Gaza, durante la que murieron cerca de 1400 palestinos y otros 4000 resultaron heridos. “Lo que nosotros hemos hecho es tan pequeño, era lo menos que podíamos hacer cuando vimos las imágenes que llegaban de Gaza”, les respondió el mandatario.

Después de dejar en claro su popularidad en el mundo árabe –algo inédito para un líder latinoamericano–, Chávez partió para encontrarse con su principal aliado en la región, Irán. El presidente venezolano y su par iraní, Mahmud Ahmadinejad, ya se han visto más de media docena de veces. Su último encuentro fue en noviembre de 2007, en Teherán. Allí Chávez reiteró su apoyo al programa nuclear iraní y firmó acuerdos para reforzar la alianza energética entre las dos naciones petroleras.