Según trascendió en los principales medios españoles, el presidente de gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, encarará en los próximos días una remodelación de su Gabinete al más alto nivel como forma de afrontar la crisis económica que está repercutiendo de manera particularmente desfavorable en el país ibérico, que se cuenta entre aquellos donde más puestos de trabajo se perdieron como resultado de la crisis.

Entre los cambios que el Ejecutivo realizaría para dar un nuevo impulso a su gestión, apenas un año después de ganar las últimas elecciones generales, se contaría el reemplazo de Pedro Solbes, actual vicepresidente económico y figura de peso en el gobierno, por Elena Salgado, ministra de Administraciones Públicas y funcionaria de la más estrecha confianza de Zapatero. Ello se debería, según señala el diario El País citando a fuentes del Ejecutivo, a que Solbes sería una de los ministros que más sufrió el desgaste por la actual coyuntura económica.

A su vez, Manuel Chaves, actual presidente de la Junta de Andalucía, asumiría como vicepresidente a cargo de las relaciones con las comunidades autonómicas, y José Blanco, vicepresidente general del PSOE, entraría en el Ejecutivo como ministro de Fomento.

De acuerdo con las fuentes citadas por El País, las incorporaciones de Blanco y Chaves le permitirían al Ejecutivo ganar “peso político”, al tiempo que renovaría su imagen frente a la opinión pública.

De esta forma, el Ejecutivo español quedaría conformado con tres vicepresidencias: María Teresa Fernández de la Vega, vicepresidenta primera y ministra de la Presidencia; Elena Salgado como vicepresidenta segunda y el andaluz Chaves, quien dejaría la Junta de la región del sur de España tras 20 años al frente.

La noticia se filtró en Madrid precisamente en momentos en que Zapatero se reunía con Barack Obama en Estambul, generando un malestar evidente en el jefe de gobierno español por tener que referirse a cambios al más alto nivel de gobierno estando fuera de su país.

Debido justamente a su ausencia del territorio español, Zapatero rechazó hablar acerca de los posibles cambios. “La decisión de remodelar el Gabinete es sólo mía y no haré ninguna referencia a ella hasta tanto lo crea conveniente. Permítanme, entonces, que sea prudente al respecto. Mucho menos me referiré a ello estando fuera de España”, afirmó, para luego agregar que “cada medio es libre de publicar las informaciones, ya veremos luego si aciertan”.