EL MUNDO › LOS CONGRESISTAS DE EE.UU. VIERON A LOS CASTRO
La líder de la comitiva demócrata, Barbara Lee, dijo ayer que “es momento para hablar con la isla”. En estos días se reunió con los Castro. Raúl confirmó su voluntad de diálogo y Fidel los elogió.
“Sin dudas es el momento de hablar con Cuba.” Esa es la conclusión que trasmitirán al presidente Barack Obama los siete congresistas demócratas que ayer cerraron una visita de cinco días a la isla. La frase la adelantó a la tarde la líder de la comitiva y legisladora por California, Barbara Lee, en una conferencia de prensa. En el curso de los últimos días se había reunido con el presidente cubano, Raúl Castro, las principales figuras de su gabinete, del Parlamento y las autoridades religiosas del país. Unos minutos después de la conferencia, los funcionarios cubanos hicieron un último gesto de amistad, que sorprendió a los estadounidenses. Fidel Castro invitó a Lee y a dos de sus colegas –la Sección de Intereses de Washington en La Habana no difundió sus nombres– a charlar con él.
“Nos pareció lleno de energía, nos reunimos en su casa, una casa muy modesta. Su esposa estaba ahí, su hijo nos sacaba fotos, fue un encuentro muy emotivo en cierta manera”, contó Lee a la cadena estadounidense CNN, al regresar de la reunión. “Castro tomaba notas, era muy inquisitivo, nos pidió que le mandáramos más información sobre el Dr. (Martin Luther) King Jr., porque lo venera”, agregó la congresista. En La Habana se daba por descontado que el encuentro sería ameno. Esa mañana el diario Granma había publicado un editorial de Castro en el que valoraba el gesto de los estadounidenses, todos miembros del Caucus Negro, el grupo parlamentario que nuclea a todos los miembros afroamericanos del Capitolio. “El Caucus Negro ha funcionado en la práctica como el ala más progresista del Partido Demócrata”, los elogió Castro, antes de recordar las tres visitas anteriores de ese grupo parlamentario, todas entre los años 1999 y 2000.
Por su parte, los congresistas también se habían manifestado satisfechos con su recorrida por la isla, antes de partir hacia la casa ultrasecreta donde Castro se recupera hace más de dos años. “Los funcionarios cubanos con los que nos reunimos tienen una voluntad muy clara de dialogar, siempre en un marco de soberanía e independencia”, aseguró ayer la más joven de la comitiva norteamericana, la congresista por California, Laura Richardson.
Los congresistas estadounidenses juran que ellos no viajaron a Cuba para negociar un acercamiento con Washington y en La Habana. El gobierno sostiene que no recibió ninguna oferta de diálogo. En apariencia nada cambió desde que asumió Obama en enero pasado. Sin embargo, en las últimas semanas desde las dos orillas se habla de un acercamiento después de cincuenta años de abierta confrontación.
Desde la isla, Raúl Castro fue muy claro desde que asumió, primero provisionalmente y después de ratificado de forma definitiva en las urnas. Cuba está abierto a un diálogo con Estados Unidos, siempre y cuando se respete la soberanía de cada nación, señaló en dos discursos el hermano menor de Fidel Castro y lo volvió a repetir en la reunión que mantuvo con los congresistas norteamericanos, según un comunicado difundido ayer por el diario oficial Granma.
“Nuestro país mantiene la disposición a dialogar sobre cualquier asunto, teniendo como únicas premisas la igualdad soberana de los Estados y el absoluto respeto a la independencia nacional y al derecho inalienable de cada pueblo a la autodeterminación”, informó el matutino.
En Estados Unidos, el clima es un poco similar. En las últimas semanas un grupo bipartidista de congresistas presentó un proyecto de ley para eliminar todas las restricciones a los viajes a la isla; el presidente Obama aprobó una norma que distiende, un poco al menos, el bloqueo y todos los sondeos concuerdan en que la mayoría de los cubanos disidentes en Estados Unidos quieren flexibilizar el embargo contra el gobierno comunista cubano.
Los miembros del Caucus Negro volverán hoy a Estados Unidos con la misión de aprovechar ese clima de opinión. “Nuestras recomendaciones serán presentadas antes del próximo 17, cuando comienza en Trinidad y Tobago la Cumbre de las Américas”, prometió Lee, quien tiene agendada una reunión con el presidente Obama y la secretaria de Estado, Hillary Clinton. Hasta ahora la Casa Blanca habló de utilizar la cumbre en el Caribe para reactivar los lazos con América latina, desantendidos durante los últimos ocho años de George W. Bush. Pero ningún funcionario norteamericano había mencionado a Cuba, como uno de los posibles puntos a tratar.
Ayer, por primera vez, el asesor de la Casa Blanca para la cumbre, Jeffrey Davidow, deslizó que sería “desafortunado” si la cuestión de Cuba y su relación con Estados Unidos monopolizara el debate. El funcionario señaló que, aunque no será el eje central de la agenda de Obama, el mandatario estadounidense no esquivará el tema.
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