EL MUNDO › EL PREMIER ISRAELí LLEGó A WASHINGTON BAJO PRESIONES PARA QUE SE PRONUNCIE POR UN ESTADO PALESTINO
El encuentro de hoy medirá el nivel de entendimiento entre ambos. Si acaso el líder israelí hiciera alguna concesión sobre la cuestión palestina, es probable que pida a EE.UU. más respaldo frente a Irán.
› Por Stephen Foley *
Desde Nueva York
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, llegó ayer a Washington bajo una intensa presión para que se pronuncie a favor de la creación de un Estado palestino, en medio de rumores que indican que podría suavizar su posición y así allanar el camino de las negociaciones de paz en Medio Oriente. Netanyahu, duro entre los duros, llega a su primera reunión con el presidente Barack Obama tras negarse sistemáticamente, desde que asumió, a respaldar públicamente la solución de dos Estados apoyada abiertamente por la administración en Washington, además de suscitar fuertes controversias al nombrar al frente del Ministerio de Relaciones Exteriores a un hombre que dijo que las conferencias de paz no sirven para nada.
Sin embargo, ayer dos figuras prominentes de la política israelí se mostraron optimistas sobre la postura del premier en la reunión con su par estadounidense, dando a entender que Netanyahu podría dar un golpe de timón en sus posiciones para lograr una mejor sintonía con Obama y así facilitar también un entendimiento más amplio sobre la cuestión nuclear iraní. En este sentido, se estima que la posibilidad de reanudar negociaciones de paz con Siria será una prioridad en la agenda.
Netanyahu, líder del derechista Likud, regresó al poder formando un gobierno de unidad nacional tras unas elecciones muy disputadas en febrero pasado. Desde entonces, las perspectivas de paz con los palestinos sólo empeoraron. Y, mientras ello sucedía, Obama dedicaba sus primeros cuatro meses de gestión a tratar de mejorar las relaciones de Estados Unidos con el mundo musulmán.
Por eso, el encuentro de hoy entre ambos líderes no sólo será una prueba crucial que medirá el nivel de entendimiento personal entre Obama y Netanyahu, sino que además dará una idea de hasta qué punto ambos son conscientes de los desafíos que hace falta encarar para construir una vía diplomática que conduzca a la paz en Medio Oriente. Netanyahu, por su parte, prometió varias veces, desde que asumió, convertirse en un socio confiable para los palestinos en todo lo que hace a cuestiones de paz, seguridad y desarrollo económico. No obstante, siempre eludió respaldar la idea de dos Estados: existen altas expectativas de que la Casa Blanca lo presione en este sentido. Según una fuente cercana al mandatario estadounidense, ésta será la ocasión para que Obama reafirme su compromiso, anunciado desde el primer día de su mandato, de involucrarse de lleno con la resolución del conflicto israelo-palestino.
Ayer, justamente, el presidente israelí, Shimon Peres, se refirió de manera ambigua a la solución de dos Estados al declarar en una conferencia de prensa que el primer ministro se había comprometido frente a él a respetar los acuerdos previos firmados por el Estado de Israel en la materia, lo que incluiría, aunque no se haya mencionado, a la famosa Hoja de Ruta, acuerdo de varios puntos que, entre otras cosas, tiene como objetivo lograr la creación de un Estado palestino.
Asimismo, y antes de que Netanyahu partiese para Washington, el ministro israelí de Defensa, Ehud Barak, también se pronunció sobre el tema y afirmó estar confiado en que un acuerdo con los palestinos le parecía factible en un plazo de tres años. “Personalmente, creo que Netanyahu le va a decir a Obama que este gobierno está listo para embarcarse en un proceso político que lleve a nuestros dos pueblos a vivir uno al lado del otro en paz y respeto mutuo”, señaló Barak. Una vez más, omitió pronunciar la palabra “Estado”.
Barak, líder del partido Laborista, de centro, representa la única voz moderada en el gabinete de Israel. El canciller, Avigdor Lieberman, colono él mismo en Cisjordania, ya señaló en varias oportunidades que hacer concesiones territoriales a los palestinos sólo conduciría a más guerra mientras que éstos no lograsen expulsar de sus filas a los dirigentes extremistas que le niegan a Israel su derecho a existir.
Si acaso Netanyahu llegase a hacer concesiones en su reunión de hoy sobre la cuestión palestina y las negociaciones con Siria, es altamente probable que exija al mismo tiempo un respaldo más decidido de parte de Estados Unidos frente a Irán y sus ambiciones nucleares. Todo ello, en momentos en que Washington intenta acercarse a Teherán.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
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