Brasil y China se unen para enfrentar la crisis internacional. Los presidentes Luiz Inácio Lula da Silva y Hu Jintao se reunieron ayer para sellar una alianza que ya pasó del plano político al económico. Este año el gigante asiático se convirtió en el principal socio comercial de Brasilia, un puesto reservado durante casi todo el siglo pasado para Estados Unidos. “En un contexto de crisis económica, nuestros gobiernos tienen que interactuar de forma constructiva en la búsqueda de una nueva arquitectura financiera internacional”, señaló Lula, unas horas después de la reunión, en la inauguración del Centro de Estudios Brasileños en la Academia China de Ciencias Sociales (CASS), una institución que asesora al gobierno de Beijing.

Después de la inauguración del centro, Lula presidió, junto con el viceprimer ministro Zhang Dejiang, la Jornada de Nuevas Oportunidades de Asociación Estratágica entre Brasil y China, junto con todo su séquito de empresarios brasileños que lo acompañan en la gira. “Queremos incrementar nuestro comercio bilateral, que ha seguido creciendo incluso durante la crisis económica”, garantizó el mandatario frente a 220 empresarios de su país y otro tanto de la potencia asiática.

El comercio entre los dos países aumentó en los últimos años a un ritmo anual del 50 por ciento. En 2008, el intercambio se quedó a un paso de los 40 mil millones de dólares; pero Lula ya adelantó que este año superarán por mucho esa cifra. Las inversiones, en tanto, no crecieron tan aceleradamente. Según cifras oficiales del Palacio del Planalto, China invirtió 100 millones de dólares en el país sudamericano y Brasil invirtió 300 millones en la nación asiática desde 2002 hasta 2008.

El intercambio comercial chinobrasileño se basa fundamentalmente en la venta de soja, petróleo y hierro del país latinoamericano a China, aunque también cooperan en tecnología de satélites y, con esta visita, Lula espera que se amplíe la cooperación a los sectores del biocombustible y la carne.

En el encuentro con los empresarios de los dos países, Lula ofreció a China invertir en infraestructura y en el sector petrolero a través de la estatal Petrobras, que ya coopera con las chinas Sinopec y China National Petroleum Corp (CNPC). “Los dos líderes lograron un amplio consenso en torno de profundizar la asociación estratégica bilateral y decidieron comenzar a formular un Plan de Acción Conjunto”, informó un comunicado difundido por el Ministerio de Exteriores en Beijing.

El Plan de Acción Conjunto es el principal acuerdo firmado ayer entre Lula y Hu. Es una hoja de ruta para las inversiones de los próximos cuatro años, los sectores considerados estratégicos para las dos naciones –energético, aeroespacial, agricultura, son los principales– y cuánto aportará cada gobierno. El acuerdo prevé también un préstamo de 10 mil millones de dólares del Banco de Desarrollo Chino para los próximos diez años para financiar la exploración de petróleo y la compra de bienes y servicios de empresas chinas. El objetivo es que Petrobras llegue a importar a Beijing cien mil barriles diarios de crudo.

Lula llegó el lunes a Beijing en una gira que ya lo llevó, primero, por Arabia Saudita y a finales de la semana a Turquía. Además de cerrar acuerdos comerciales y de inversión, el mandatario brasileño quiere aprovechar su viaje para reforzar su imagen de líder internacional.