EL MUNDO › RATIFICA LA CANDIDATURA DE ROUSSEFF, QUE ESTá ENFERMA, Y NO HABLA DE RE-REELECCIóN
La internación de Rousseff, el martes a la madrugada, confirió más fuerza y credibilidad a las expectativas reeleccionistas de algunos oficialistas, y Lula salió a hablar: “Dilma está bien y no discuto hipótesis reeleccionistas”.
Luiz Inácio Lula da Silva no quiere ni hablar de una re-reelección. Desde China, segunda parada de su gira internacional, el mandatario brasileño rechazó ayer los rumores sobre una posible enmienda constitucional y volvió a respaldar a su candidata y jefa de Gabinete, Dilma Rousseff. “No discuto esa hipótesis. Primero porque no hay tercer mandato y segundo porque Dilma está bien”, dijo, convencido. Unas horas después, Rousseff salía del hospital. Había ingresado en la madrugada del martes por fuertes dolores en las piernas, consecuencia, según los médicos, de las sesiones de quimioterapia que enfrenta por un cáncer linfático. “Dilma deberá ser sometida a nuevas sesiones de quimioterapia, pero ella está totalmente curada. No hay problemas”, agregó Lula, intentando despejar los fantasmas que sobrevuelan al oficialismo.
Las versiones sobre una posible enmienda constitucional no son nuevas, pero la semana pasada recobraron fuerza y se adueñaron de los medios brasileños e internacionales. La propuesta la había hecho el diputado Jackson Barreto, del aliado Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), ante los crecientes rumores sobre la enfermedad de la jefa de Gabinete y delfín de Lula. El legislador presentó un proyecto de ley para discutir una enmienda que, de ser aprobada, deberá ser ratificada en una consulta popular. Las elecciones presidenciales son en octubre del año próximo, por lo que para poder presentar a Lula como candidato el oficialismo debería aprobar la ley y ganar el referéndum antes de que termine este año.
Al principio, Lula dejó pasar la sugerencia de Barreto; no era la primera vez que uno de los dirigentes de su coalición aliada proponía reformar la Constitución para habilitarlo como candidato a presidente en 2010. Pero la internación de Rousseff el martes a la madrugada confirió más fuerza y credibilidad a las expectativas reeleccionistas de algunos oficialistas, y Lula salió a hablar. No lo mencionó a Barreto ni a su proyecto de ley; simplemente descartó el tema de raíz. Una vez que él habló, aparecieron todas las voces autorizadas de su fuerza, el Partido de los Trabajadores (PT), que habían guardado cuidadoso silencio hasta entonces.
“Estamos seguros de que, en un máximo de cuatro meses, Dilma estará lista para la campaña”, señaló el secretario de Organización partidaria, Paulo Frateschi. El líder del partido en el Senado, Aloizio Mercadante, también respaldó a la virtual candidata presidencial del oficialismo. “Rousseff está preparada para 2010, y pese a las ganas en contra de la oposición, sigue siendo la candidata”, garantizó.
A pesar del optimismo que los líderes petistas le imprimieron a sus palabras, la jefa de Gabinete no está arrastrando la popularidad de Lula en las encuestas. Los sondeos de opinión coinciden en colocar al gobernador socialdemócrata de San Pablo, José Serra, como el favorito para octubre de 2010.
Según comentaron durante los últimos días los medios brasileños, la enfermedad de Rousseff habría potenciado las dudas de muchos dirigentes del PT. A mediados de marzo pasado, los médicos le descubrieron un linfoma –cáncer del sistema linfático– en la axila izquierda de la funcionaria de Lula. Según ella misma informó más tarde, se lo detectaron en su primer estadio, con 2 cm de longitud. Inmediatamente se lo extirparon en un procedimiento que no duró más de 45 minutos y, según los médicos, fue un éxito.
Ahora a la candidata de Lula le quedan poco más de tres meses de quimioterapia. Ayer en una conferencia de prensa tras su salida del hospital en San Pablo, la presidenciable aseguró que está lista para volver a la oficina. “El dolor es siempre desagradable, pero después que pasa ya quedo en condiciones de retomar actividades, pero no hoy, por amor de Dios”, dijo, con una sonrisa casi cómplice. La jefa de Gabinete contó que habló con Lula ayer por la mañana, pero se negó a comentar sobre su posible candidatura presidencial. “Ni aunque me aten respondo esa pregunta. Es de mal gusto mezclar una enfermedad curable con cuestiones políticas”, agregó, antes de volverse a Brasilia para volver al trabajo.
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