EL MUNDO › NETANYAHU TAMBIEN SEÑALO QUE TENIA ALGUNAS RESERVAS SOBRE ESA POSIBILIDAD
Por primera vez desde que se convirtió en premier israelí y una semana después de reunirse con Obama, el derechista líder del Likud, Benjamin Netanyahu, habló ayer públicamente de un futuro Estado palestino.
Por primera vez desde que se convirtió en primer ministro israelí y una semana después de reunirse con Barack Obama, el derechista líder del Likud, Benjamin Netanyahu, habló ayer públicamente de un futuro Estado palestino. “Claramente, debemos tener algunas reservas sobre un Estado palestino. Cualquier camino que adoptemos debe responder a los criterios de seguridad de Israel”, declaró ayer el premier israelí en su reunión de gabinete. “Y esas reservas fueron expresadas ante el presidente Barak Obama en Washington”, agregó luego, reafirmando así su tradicional postura en la materia.
Así, de manera cauta y con condiciones, apenas días después de recibir la presión de Washington para que haya avances concretos en el conflicto con los palestinos, Bibi Netanyahu se refirió a un posible acuerdo que conduzca a la solución de los dos Estados, lo que se había negado a hacer desde que ganara las elecciones el pasado 10 de febrero y asumiera el cargo el 31 de marzo.
No obstante, luego de pronunciar esas palabras, el premier optó por cerrar el tema con una cuota de ambigüedad. “Cuando consigamos un acuerdo sustancial, lograremos un acuerdo sobre la terminología”, deslizó.
Netanyahu expresó en reiteradas ocasiones durante su campaña electoral que lo principal, antes de iniciar negociaciones sobre el estatuto definitivo de los territorios palestinos y llegar así a la creación de un Estado para éstos, es concentrar los esfuerzos en el fortalecimiento de la economía de Cisjordania, para promover de ese modo un cierto nivel de bienestar económico sin el cual el político israelí considera que cualquier proyecto de Estado sería inviable.
A cambio de impulsar el desarrollo de los territorios palestinos y comprometerse a negociaciones que conduzcan a un eventual Estado, Netanyahu exige que los palestinos reconozcan a Israel como un Estado judío, algo que la Autoridad Palestina (AP) ya rechazó públicamente.
Por otra parte, en la reunión de ministros de ayer también se abordó el tema de las colonias en Cisjordania. En la capital estadounidense, Obama le había pedido a Netanyahu que congelara cualquier tipo de construcción en los asentamientos judíos, ya que de lo contrario obstaculizaría futuras negociaciones para delimitar fronteras y territorios para los palestinos.
En este sentido, el ministro de Defensa y representante del laborismo, Ehud Barak, confirmó ayer la vigencia de un plan llevado a cabo por su ministerio para remover al menos 22 pequeños asentamientos en Cisjordania ya que, según el propio Barak, serían abusivos incluso según las leyes israelíes. “Nosotros tenemos el deber de imponer el respeto de las leyes”, sostuvo el titular de Defensa. “Y de no lograr avances con los colonos locales, el gobierno podría adoptar medidas unilaterales para resolver la situación actual y terminar con estos asentamientos israelíes”, advirtió.
Sin embargo, luego de las palabras del laborista, Yisrael Katz, ministro de Transporte cercano a Netanyahu, evidenció las fisuras al interior del gabinete y le “recomendó” a Barak “que no dé la impresión de estar persiguiendo a los colonos”.
Finalmente, el propio Netanyahu aclaró su postura: aseguró que si bien no permitirá la construcción de nuevas colonias en tierras palestinas, sí dará su visto bueno a la expansión de las ya existentes. “No tengo la intención de crear nuevos asentamientos, pero no es lógico pedirnos que no busquemos respuestas al crecimiento natural de la población en cualquiera de las construcciones en Judea y Samaria (el nombre bíblico con el que los israelíes se refieren a Cisjordania)”, aseguró.
La Unión Europea (UE) y la Corte Penal Internacional (CPI) calificaron en varias ocasiones a los asentamientos israelíes como ilegales. Junto con Estados Unidos, Rusia y la ONU –el cuarteto diplomático para Medio Oriente–, la UE propugna el plan de paz conocido como la Hoja de Ruta, que, aceptado por los gobiernos anteriores de Israel, implica el fin de la colonización judía y la creación de un Estado palestino por etapas, lo que se conoce como la solución de los dos Estados.
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