Jesús Caldera es uno de los hombres de confianza del jefe de gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero. Meticuloso con cada término que utiliza, el ex ministro de Trabajo subraya una idea central: se sale de la crisis aplicando un modelo progresista. El dirigente socialista conversó con Página/12 en un moderno hotel de Buenos Aires, horas después de encontrarse con españoles residentes en la Argentina y pedirles su apoyo para el 7 de junio.

–¿Qué propone el PSOE distinto del PP para superar la crisis? ¿Vuelven las diferencias ideológicas entre izquierda y derecha?

–Sí, claro. Apostamos al diálogo social, porque lo consideramos un elemento integrante del estado de bienestar. Las políticas impuestas suelen dar mal resultado. Hay diferencias para salir de la crisis. En primer lugar, esta crisis es ideológica, no económica. Durante 30 años los “neocons” defendieron un modelo de desregulación y ausencia de los gobiernos, porque consideraban que lo mejor para las sociedades es el individualismo. Se equivocaron en su esquema de valores y en términos económicos. Ahora los conservadores tienen como receta reducir el gasto social y flexibilizar los mercados de trabajo. La nuestra es muy distinta: quienes no generaron la crisis no la van a pagar, que son los más débiles. Vamos a apostar a una economía con recursos públicos para lo que hace falta mantener la presión fiscal. Creemos en la economía social de mercado. Y hay que atender a los más necesitados manteniendo la protección social y el seguro de desempleo.

–¿Cómo revierten la desocupación, que está en un nivel alarmante?

–Damos una ayuda de reinserción. El Estado español está invirtiendo en las empresas automotrices, pidiéndoles que investiguen y hagan innovaciones tecnológicas, al mismo tiempo que ayuda con las energías renovables. También la protección social genera empleo. Hay políticas sociales que suponen gasto e inversión, son preactivas.

–¿Se puede cambiar un horizonte sombrío en Europa cuando los demás gobiernos son de derecha?

–Ojalá haya un Parlamento europeo progresista. Los gobiernos de derecha están usando los recursos públicos de un modo keynesiano. Es decir, en Europa se están llevando a cabo políticas concertadas para salir de la crisis. Los propios neocons son unos hipócritas porque cuando tuvieron problemas fueron a Papá Estado para salvarse. Se niegan al cambio climático porque son los dueños del petróleo y quieren agotar hasta último instante la vaca lechera. Hay que ir a las energías renovables, como dice Obama. Se necesita de voluntad política y mucho valor.

–¿A qué le atribuye el empate entre el PSOE y el PP para los comicios europeos del 7 de junio?

–Hay quienes dicen que en el contexto de crisis es milagroso. Generalmente se les achaca la recesión a los gobiernos. El PSOE aguanta porque Zapatero habla de propuestas para España, mientras que Rajoy no. En el último debate quedó claro que el jefe de gobierno expuso el futuro que desea para el país. Le preguntó a Rajoy qué reforma laboral quiere y éste no dijo nada. ¿Por qué? Porque quiere más despidos. Un ejemplo. Hace poco los socialistas bloquearon en la Eurocámara una ley que intentaba dar luz verde a una jornada laboral de 65 horas semanales, lo que hubiera constituido una vuelta dos siglos atrás. Si se impone un Parlamento conservador, aprobará esta ley. Pero yo tengo la esperanza de ganar estas elecciones.

–¿Hasta qué punto la situación de Aerolíneas Argentinas afecta la relación con Argentina?

–Son hechos problemáticos, pero no empañan la relación. Es verdad que tenemos un código de conducta que dice que se protegen y defienden los derechos adquiridos. Si quieres expropiar, debes pagar un precio justo.

–¿Por qué un Estado debería defender a una empresa con acusaciones de corrupción?

–¿Aquí en Argentina?

–Sí.

–No lo sé. Si hay un caso de corrupción, no lo voy a defender. Aquí hay un debate entre los que dicen que hay y los que no. Entonces, que lo diriman los tribunales.

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