EL MUNDO › AMBOS PAíSES SE MUESTRAN PREDISPUESTOS A ABRIR CANALES DE COMUNICACIóN EN VíSPERAS DE LA CUMBRE DE LA OEA
Según informó un alto funcionario del Departamento de Estado norteamericano, La Habana se mostró favorable a reabrir las negociaciones con Washington sobre migración y el envío directo de correo postal.
En vísperas de una nueva cumbre de la Organización de los Estados Americanos (OEA), el proceso de deshielo en las relaciones entre Cuba y Estados Unidos tuvo ayer un nuevo episodio. Según informó un alto funcionario del Departamento de Estado norteamericano, La Habana se mostró dispuesta a reabrir las negociaciones con Washington sobre migración y el envío directo de correo postal. “Estas iniciativas son positivas y representan un paso adelante”, señaló el funcionario estadounidense que se mantuvo en el anonimato.
De acuerdo con lo informado por el Departamento de Estado, el jefe de la Sección de Intereses cubanos en Washington, Jorge Bolaños, transmitió el sábado a altos funcionarios estadounidenses documentos que estipulan que Cuba espera reiniciar conversaciones sobre las migraciones y el envío de correo, que actualmente se realiza entre ambas naciones a través de terceros países debido a la inexistencia de relaciones diplomáticas y la vigencia del embargo.
Asimismo, el funcionario estadounidense, que precisó que la voluntad cubana de retomar el diálogo en ambas áreas se produjo como respuesta a una proposición hecha por Estados Unidos en ese sentido durante el mes de mayo, afirmó que el gobierno cubano habría manifestado, además, su disposición a explorar otras áreas de diálogo con su vecino del norte, entre ellas, el combate al narcotráfico, la lucha contra el terrorismo y medidas conjuntas que apunten a limitar las consecuencias de catástrofes naturales. No obstante, el vocero agregó que ambos Estados aún deben decidir el lugar y las fechas adecuadas para reanudar esas negociaciones suspendidas en el 2004.
Según la misma fuente anónima en Washington, la actual iniciativa se encuadra en el intento de abrir canales de comunicación con Cuba en los últimos meses. Sin embargo, al referirse a la posibilidad de una instancia de negociación integral sobre el estado actual del conjunto de las relaciones entre la superpotencia y el gobierno de la isla, el funcionario reiteró el discurso clásico de Estados Unidos en la materia. “Habrá un diálogo abierto tan pronto como haya cambios sobre derechos humanos y movimientos hacia la democracia en Cuba”, reiteró. “Por ahora, las conversaciones se limitarán principalmente a garantizar una migración segura, legal y ordenada desde Cuba a Estados Unidos”, agregó el norteamericano.
Los contactos sobre migraciones entre ambos países fueron iniciados durante el gobierno de Bill Clinton para lograr una mejor gestión del flujo migratorio desde la isla hacia el estado de Florida, luego del pico de cubanos que se lanzaron en balsas hacia Estados Unidos en 1994.
Más tarde, el ex presidente George W. Bush suspendió esas conversaciones en el 2004 como parte de su política de aislamiento y de endurecimiento del embargo contra el pueblo cubano.
Pero desde su llegada a la Casa Blanca, el presidente Barack Obama comenzó a dar un golpe de timón respecto de la política de su antecesor, y, en este sentido, el primer gesto de flexibilización en su política hacia Cuba fue ordenar el levantamiento de las restricciones a viajes y transferencias de dinero de los cubanoestadounidenses hacia sus familiares en la isla. Sin embargo, el embargo financiero, económico y comercial contra la isla, por ahora, sigue vigente.
Esta nueva señal de acercamiento tiene lugar a menos de 24 horas de una nueva cumbre de la OEA que se realizará mañana y pasado en Honduras. Allí, se estima que los 35 países miembros, entre ellos Estados Unidos, tendrán al tema de Cuba, su exclusión de ese organismo interamericano y las posibilidades justamente de su reinserción, como una de las prioridades en la agenda del día.
Y es que, a pesar de que las divergencias aparecidas durante las reuniones preparatorias no permiten augurar resultados concretos, es la primera vez en décadas que la OEA podría estudiar seriamente el tema de la reincorporación cubana en su seno.
La mayoría de los países latinoamericanos piden la revocación inmediata y sin condiciones de la resolución de 1962 que excluyó a Cuba de este organismo luego de que, a comienzos de los años ’60, el nuevo gobierno revolucionario de La Habana proclamara el carácter marxista leninista de su revolución. De todas maneras, las propias autoridades cubanas manifestaron durante las últimas semanas su negativa a reincorporarse a una institución que juzgan como funcional a los intereses norteamericanos en el hemisferio americano, pregonando en su lugar la creación de una nueva organización compuesta únicamente por los países latinoamericanos.
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