Mar 23.06.2009

EL MUNDO  › UNA MAYORíA EN ESTADOS UNIDOS ESPERA UN ROL MáS ACTIVO EN LA MATERIA

Obama apura la reforma de salud

El borrador de la ley propone recortar los costos y extender la cobertura a todos los estadounidenses que carecen de seguro tanto como sea posible. El presidente es consciente de que choca con intereses de gran parte de la industria médica.

› Por David Usborne *

El presidente Barack Obama emitió ayer un llamado urgente para que se tome una acción rápida con las reformas de servicios de salud en un intento de cumplir con su más importante promesa en política doméstica durante la campaña del año pasado, contra la oposición feroz de los republicanos y gran parte de la industria médica. “No puede esperar”, dijo.

Después de meses de borradores a puertas cerradas en el Capitolio, las primeras audiencias del comité sobre una ley de 852 páginas empiezan hoy en la Cámara de Diputados, marcando el comienzo de lo que promete ser un largo y tumultuoso debate que podría decidir el curso de la presidencia de Obama. Con tanto en juego, la administración está preparando una campaña total en apoyo de las reformas. Está potenciada por las nuevas encuestas de opinión que muestran un fuerte apoyo público a revisar un sistema que deja a 47 millones de estadounidenses sin cobertura y en el que las primas y los costos de los medicamentos están aumentando. En una encuesta del New York Times, el 72 por ciento de aquellos encuestados dijeron que estaban esperando que el gobierno tomara un rol más activo.

La reforma de los servicios de salud será un tema clave en la rara conferencia de prensa de Obama hoy en el Jardín de las Rosas y una discusión sin precedente de expertos y miembros del público que será emitida por ABC News desde la Casa Blanca mañana. “Todos en la comunidad del servicio de salud deberán unirse y hacer su trabajo. Nuestras familias, nuestros empresarios y nuestra salud fiscal exigen que actuemos ahora”, dijo Obama antes de añadir irónicamente: “Para revivir el viejo dicho de la campaña, ‘sí, podemos’. Podemos lograr que esto se cumpla”.

Obama estaba hablando en un evento en la Casa Blanca para anunciar un importante estímulo a la causa: una promesa hecha por una industria farmacéutica de contribuir con 80 mil millones de dólares para bajar el costo de las recetas médicas para los ancianos estadounidenses, a condición de que una reforma legislativa más amplia la convierta en ley. Llevó más de quince años desde el desastroso esfuerzo de reforma de 1993 –encabezado por Hillary Clinton en nombre de su marido– para que Washington tenga el estómago para considerar una nueva revisación de un sistema que según todos los cálculos es un escándalo nacional.

Pero hasta los opositores reconocen que los estadounidenses están hambrientos de él y que la gente eligió a Obama en parte porque lo estaba prometiendo. Esto no quiere decir que las trincheras que ya se están cavando en Washington por todos los bandos –miembros de ambos partidos en el Congreso y lobbistas de una industria de dos billones de dólares– no sean profundas y traicioneras. Hasta los demócratas moderados sugieren que aprobar todas las reformas que Obama quiere puede no ser factible este año.

El borrador de la ley en la Cámara se ciñe bastante a la propia visión de Obama y propone recortar los costos y extender la cobertura a todos los estadounidenses que carecen de seguro tanto como sea posible. Sin embargo, como el presidente mismo, no hace promesas explícitas de cobertura universal.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12

Traducción: Celita Doyhambéhère.

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