Mié 24.06.2009

EL MUNDO  › EL PRESIDENTE DE EE.UU. RECIBIó A SU PAR CHILENA EN WASHINGTON

Obama con la otra Michelle

El mandatario estadounidense elogió el modelo chileno y se mostró atento con la presidenta del país andino. Firmaron un acuerdo de cooperación en energías alternativas y él le pidió consejos sobre la crisis financiera mundial.

Michelle Bachelet se fue de la Casa Blanca con la estima por las nubes. La mandataria chilena visitó ayer a Barack Obama por primera vez y demostró que el país andino sigue siendo uno de los favoritos de Washington. Obama la recibió con elogios y se mostró atento a los consejos de la mandataria chilena. Según contó más tarde en una conferencia de prensa, le pidió que le contara cómo enfrentó la crisis económica sin hundirse en un fuerte déficit fiscal y la consultó sobre cómo acercarse y mejorar la relación con América latina. Unas horas antes el mandatario había sido muy claro en qué tipo de relación quería con la región. “Chile y Brasil son socios importantes y ése el modelo que queremos; Estados Unidos no dicta cómo deben interpretar sus propios intereses, pero hemos tenido una gran cooperación”, había explicado el mandatario norteamericano.

Obama marcó la cancha desde la mañana. En una conferencia de prensa con medios norteamericanos aprovechó la visita de la líder chilena para hablar de la tan cuestionada relación entre Washington y los países latinoamericanos. “Hay posibilidades enormes de progreso en América latina”, destacó el mandatario, intentando provocar el entusiasmo de los periodistas, que le preguntaban por temas locales. Su acercamiento a gobiernos de fuerte retórica antinorteamericana, como Cuba y Venezuela, habían provocado mucho rechazo entre los sectores conservadores. Por eso ayer Obama describió el tipo de socios que quiere en la región. “Cooperación, a pesar de las diferencias ideológicas”, sintetizó. Además de hablar de su invitada, el presidente norteamericano recordó la buena relación que mantiene con Luiz Inácio Lula da Silva. “Una persona percibida como un fuerte izquierdista”, aclaró.

Bachelet y Obama ya se habían presentado personalmente en la Cumbre de las Américas en Trinidad y Tobago en abril pasado y, según recordaron, la simpatía fue inmediata. “Creo que ella es una de los mejores líderes de América latina, es una persona muy capaz”, señaló el norteamericano y su invitada se esforzó por no sonrojarse. El encuentro entre los dos líderes fue ameno, casi amistoso. “Las políticas adoptadas por Chile representan un ejemplo para todos de cómo una buena política económica permite lograr la prosperidad, en los buenos y en los malos tiempos”, aseguró Obama.

El mandatario hizo especial hincapié en la decisión del gobierno chileno de guardar los excedentes de los altos precios del cobre de los últimos años para enfrentar los tiempos difíciles. Bachelet le devolvió los cumplidos recordando el golpe de timón que marcó el entonces novato presidente en la cumbre de Trinidad y Tobago. “Compartimos con el presidente Obama el excelente resultado de la cumbre de Trinidad y Tobago, la excelente imagen que dio ante todos los jefes de Estado de América latina y el Caribe, y la necesidad de seguir trabajando juntos para ir acercando cada vez más esta relación y una cooperación basada en temas de interés común”, señaló la chilena, con una sonrisa plena.

Los dos líderes aprovecharon la primera reunión bilateral para firmar un acuerdo de cooperación para el desarrollo de energías alternativas y, según destacó Bachelet, discutieron sobre la evolución de las investigaciones científicas en ambos países y las políticas macroeconómicas que está aplicando Santiago para volver a crecer después de la crisis internacional.

El diálogo continuó así, hasta que uno de los periodistas chilenos que acompañaba la comitiva de Bachelet rompió el clima de luna de miel e hizo la única –e incómoda– pregunta de la conferencia. ¿Estados Unidos debe reconocer y disculparse por la participación de la CIA en el golpe de Estado contra Salvador Allende en 1973?

Bachelet dejó de sonreír y Obama tomó el micrófono. “Soy partidario de ir hacia adelante, no de mirar hacia atrás. Creo que Estados Unidos ha sido una fuerza enorme para bien en el mundo. En ciertas ocasiones nos equivocamos en el pasado, pero creo que lo importante son nuestras políticas actuales”, aseguró el mandatario, descartando cualquier condena explícita. “Lo importante es mirar cuáles son nuestras políticas hoy y que mi administración intenta cooperar con la región”, agregó y dio por cerrado el tema.

Bachelet prefirió no hablar y los dos se saludaron, recuperando el buen clima que habían traído de la reunión a puertas cerradas. La presidenta chilena se quedará todo el día de hoy en Washington y tiene prevista una ajustada agenda, en la que incluirá una charla con el vicepresidente Joseph Biden, otra con la presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi y, finalmente, una reunión con el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), su connacional, José Miguel Insulza.

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