EL MUNDO
Fuego en todos los frentes de la escalada colombiana
Ayudado por el redoblamiento de los ataques de las FARC, el ejército colombiano está aumentando su presión sobre el poder civil para ampliar sus competencias en la lucha antiguerrilla.
Las FARC “están llegando a su final”. Así lo aseguró ayer el comandante de las Fuerzas Militares colombianas, Fernando Tapias, en días en que la guerrilla está más activa que nunca. En otra jornada de violencia, en que murieron 13 personas, Tapias aseveró que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia “entraron en una especie de esquizofrenia que los lleva a cometer el mayor daño posible, no importa contra qué blancos ni que ese daño golpee a los civiles”. Ayer el servicio secreto (DAS) capturó a un presunto miembro de las FARC que habría participado del ataque con explosivos ante un restaurante de Bogotá el viernes. En tanto, el Valle del Cauca, en el sudoeste del país, podría ser escenario de enfrentamientos si la guerrilla realiza un “paro armado” hoy y mañana, tal como asegura el ejército. Esto equivale a decir que las FARC intentarían obstruir cualquier actividad que se realice. También se supo que tres presuntos miembros del IRA que están detenidos habrían entrenado y vendido cohetes durante tres años a las FARC.
“Estamos asistiendo a su final (el de las FARC), como pasó con esos narcotraficantes que, antes de llegar a su fin, recurrieron al terrorismo”, advirtió Tapias. Con estas palabras, el militar se refirió a los ataques que ocurren en el país especialmente desde hace dos semanas cuando se vio truncada la posibilidad de llegar a un acuerdo con el gobierno de Andrés Pastrana. Pastrana amplió el domingo pasado la vigencia de la zona desmilitarizada en poder del grupo armado, en donde se realizan las negociaciones, y acordó con las FARC la reanudación del diálogo tendiente a lograr, antes del próximo 7 de abril, un acuerdo de cese del fuego y de las hostilidades. Los hechos de violencia que se produjeron desde entonces dejaron más de un centenar de víctimas y destruyeron infraestructura como 29 torres de conducción eléctrica, tres puentes y un oleoducto dinamitados. Los servicios de inteligencia colombianos aseguran que fueron perpetrados por las FARC. También solicitó que se elabore un estatuto antiterrorista, “ya que Colombia es hoy por hoy el sitio donde se produce la mayor cantidad de atentados terroristas del mundo”.
El detenido por su presunta participación del atentado del viernes, que dejó 5 muertos y 14 heridos, fue identificado como Gerardo Rincón y sería un miembro de las redes urbanas de las FARC. Según el coronel Germán Jaramillo, Rincón fue detenido en un barrio del sur de la capital y en su poder las autoridades hallaron elementos de uso exclusivo del ejército. Los investigadores intentan comprobar que las FARC están detrás de ese ataque. De acuerdo con las primeras investigaciones, la carga explosiva fue mimetizada en una bicicleta y activada luego a control remoto. En uno de esos allanamientos las autoridades descubrieron rastros de un explosivo que correspondería al mismo que fue utilizado por las FARC para planear el año pasado un ataque contra el candidato presidencial Alvaro Uribe Vélez.
En tanto, la revista colombiana Cambio publicó ayer parte del testimonio del arrepentido de las FARC en la investigación sobre los tres supuestos miembros del IRA. El testigo, conocido como Alexander, dijo ser el chofer de un comandante de las FARC, Fabián Ramírez. De acuerdo con su versión, vio por primera vez a los tres irlandeses en 1998, cuando enseñaban a los rebeldes a fabricar bombas y a trabajar con dinamita. El ex rebelde declaró que volvió a ver a los irlandeses cuando les vendieron 30 cohetes a las FARC. “Ese día me dieron la orden de recogerlos (en el aeropuerto). Llegaron en una avioneta y en la avioneta traían cinco cajas. A los 30 minutos, aterrizó otra avioneta que traía 25 cajas donde venían los lanzamisiles”, dijo Alexander. “Se subieron a la misma avioneta y se fueron”, dijo Alexander, quien agregó que su trabajo era “vender (los lanzamisiles), no más”.
Según el ejército, las FARC planean impedir hoy y mañana el tráfico de vehículos y desatar a su vez una ofensiva contra la infraestructura estatal del Valle de Cauca. Por eso, los organismos de seguridad decidieron redoblar la vigilancia en los principales puntos deldepartamento y restringieron el porte de armas, el consumo de bebidas alcohólicas y la circulación de motocicletas.