Vie 15.11.2002

EL MUNDO  › HOMBRES DE NEGOCIOS, EL NUEVO SUJETO SOCIAL EN PEKIN

Surge el Partido Capitalista Chino

El Congreso del PCCh que ha abierto las puertas a los capitalistas se cerró ayer con el ascenso de una nueva generación de dirigentes.

Por Georgina Higueras *
Desde Pekín
El XVI Congreso del Partido Comunista Chino (PCCh), reunido en Pekín desde el pasado viernes, fue clausurado ayer en el Gran Palacio del Pueblo al son de la Internacional y bajo unos enormes hoz y martillo. Son los restos de la iconografía marxista a los que se sujeta un partido que ha abierto de par en par sus puertas al capitalismo y cuya nueva generación de dirigentes se ha especializado en economía y finanzas para adaptarse mejor a los vientos que soplan en China. El presidente Jiang Zemin, de 76 años, entrega hoy viernes oficialmente el testigo al nuevo secretario general del PCCh, Hu Jintao.
Nuevas caras, nueva sangre, nuevas energías. La retirada de Jiang ha facilitado el acceso al poder de la llamada “cuarta generación” de dirigentes, que ocuparon el jueves por primera vez sus escaños en el Comité Central. Este órgano se ha ampliado un poco en este congreso y ahora consta de 356 miembros. De ellos, 180 son totalmente nuevos y una quinta parte tiene menos de 50 años. La misma edad que muchos de los hombres de negocios y empresarios que se han hecho millonarios en estos años de apertura económica en China y a los que ahora el PCCh “legaliza” si ya tenían carnet o abre sus puertas para que cooperen “desde dentro” en el avance del país.
Bien trajeados y bien encorbatados, los nuevos mandarines representan mejor a la “sociedad modestamente acomodada” de que hablan los estatutos que han sido modificados en este congreso que a los obreros y campesinos a que se restringía la anterior constitución del partido. La mayoría tiene estudios universitarios y ha viajado al extranjero, todo lo contrario que sus predecesores. “Es un cambio tremendo”, decía uno de los 2114 delegados que asistieron al cónclave a los periodistas que lo rodearon a la salida.
La cuarta generación hereda un país que ha tenido un desarrollo vertiginoso en las últimas décadas y que se dispone a repetir el milagro en las venideras. Los analistas consideran que la tarea será ahora más difícil pero “no imposible”. Millones de obreros han perdido sus trabajos en la reestructuración de las grandes empresas estatales y el atraso en que está sumido el campo ha obligado a millones de campesinos a una huida hacia delante en la ciudad. Pekín, que se beneficia de esa mano de obra barata para sus grandes obras de infraestructura, ha enviado a sus aldeas natales a decenas de miles de ellos durante los días precedentes al congreso, en parte por la obsesión por la seguridad y en parte para mostrar a los 1500 periodistas que han cubierto el evento que en la capital no hay pobres.
Ha sido, según Jiang Zemin, el congreso de la “unidad, la victoria y el progreso”. Hoy viernes se reúne el nuevo Comité Central para elegir al nuevo Buró Político que, a su vez, elegirá al Comité Permanente, el máximo órgano de poder en China, y éste al secretario general. La televisión china mostró ayer unas imágenes de los delegados del congreso rellenando las papeletas de voto para el Comité Central, una farsa pactada de antemano, al igual que las de hoy.
Jiang ha dejado el partido pero seguirá como jefe de Estado hasta la celebración en marzo próximo del pleno de la Asamblea Popular Nacional. Entonces abandonará también este cargo y posiblemente se vuelva a su Shanghai natal, donde se está construyendo una lujosa casa.
La generación que se ha retirado, sobre todo los seis que, además de Hu Jintao, estaban en el Comité Permanente del Buró Político, ha entrado en los 70 años o se encuentra cerca de ellos, pero a pesar de la avanzada edad, casi ninguno quería abandonar su sillón. Seguramente ha sido la preocupación por la protección de sus intereses personales y familiares lo que los ha trabado en estos meses en una titánica lucha por dejar bien colocados a sus peones. Por tanto, la cuarta generación toma el poder con el handicap de los compromisos contraídos para ascender. Además, el llamado “partido de los príncipes”, los hijos de la cúpula que ayer se jubiló y de algunos altos mandos militares, que también pertenece por edad a la cuarta generación, va a ejercer una enorme presión entre muchos de los que ayer se sentaron por primera vez en el Comité Central.
Los expertos señalan que sólo una lucha decidida contra la corrupción y una mayor transparencia en las actividades y decisiones del PCCh pueden ayudar a los nuevos líderes. Les tocará tomar decisiones tan tentadoras como la apertura de bancos privados, considerada esencial para el avance de China hacia la plena adopción de la economía de mercado.
El XVI Congreso ha sido una muestra más del hermetismo y el oscurantismo que dominan al PCCh desde los tiempos de su fundación, hace 81 años. Los más optimistas, sin embargo, confían en que los nuevos dirigentes sean capaces de desarrollar, al igual que la reforma económica que tantos beneficios ha traído a China, una reforma política que permita al partido abrirse, democratizarse y liberarse de la corrupción que campea en sus filas.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.

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