De sábanas, camas de lujo y prostitutas caras se trata el nuevo capítulo de la saga de revelaciones en Italia sobre las fiestas privadas del primer ministro conservador Silvio Berlusconi. Hace algunas semanas, Il Cavaliere afirmó públicamente que nunca había visto a la bella Patrizia D’Addario, una prostituta de 42 años que afirmó haber visitado dos veces al hombre más poderoso de Italia en su residencia de palazzo Grazioli para acostarse con él y cobrar dinero por ello. La mujer, por su parte, siempre contó su versión de los hechos y dijo que había entregado las cintas que probaban dichos encuentros a la fiscalía italiana. Ayer, los diálogos de los protagonistas salieron finalmente a la luz cuando el semanario italiano L’Espresso divulgó en su sitio web los audios de cinco conversaciones grabadas en secreto por la mujer en su intimidad con el magnate.

“Es material sin valor, inverosímil y fruto de la pura invención”, se apuró a declarar Niccoló Ghedini, abogado de Berlusconi y diputado de su partido, quien sin embargo anunció que tomaría todas las medidas legales contra aquellos que reprodujeran los audios. Polémica en Italia.

Y es que en las cintas, según L’Espresso y el diario español El País, que entrevistaron a la prostituta, pueden oírse claramente las voces del premier y de D’Addario. “Yo me doy una ducha y ... ¿me esperas luego en la cama grande (lettone) si terminás primero?”, dice la voz masculina atribuida a Berlusconi. “¿En cuál cama, la de Putin?”, pregunta la voz femenina. “Sí, la de Putin”, confirma el hombre, a lo que la chica comenta: “Ah, que divertido, con esas cortinas”. Según la prensa local, no hay dudas, Berlusconi y D’Addario se referían a la cama que le regaló al italiano su homólogo ruso y amigo personal desde hace varios años, el primer ministro Vladimir Putin.

De acuerdo con el semanario y al testimonio de la mujer ante la Justicia, las grabaciones fueron realizadas a escondidas en octubre y noviembre del año pasado tras los encuentros mantenidos en la mansión privada de Roma del primer ministro. Por uno de ellos, D’Addario afirma haber cobrado dos mil euros; por el otro, la promesa de Berlusconi de ayudarla a montar un negocio inmobiliario en la ciudad de Bari.

La Justicia italiana, actualmente, indaga por presunta incitación a la prostitución a la persona que reclutaría las chicas para el premier, el empresario italiano Giampaolo Tarantini, amigo íntimo del magnate mediático y financiero y famoso en toda la península por la variedad de causas penales que salpican su nombre, incluidas algunas por tráfico de drogas.

Según Daniele Capezzone, vocero del oficialista Partido del Pueblo de la Libertad (PdL), en Italia se está tratando de reanimar “sin resultados” una campaña mediática para desprestigiar al primer ministro. “Son todas patrañas”, afirmó Capezzone.

Por lo pronto, en el último de los audios, Il Cavaliere llama a Patrizia por teléfono: “He trabajado mucho. Esta mañana fui a inaugurar una exposición, pronuncié un discurso bellísimo y la gente aplaudía, y no parecía cansado”. La mujer responde: “Como yo; no tengo sueño y no he dormido, sólo he perdido la voz”. “¿Y eso? Si no gritamos...”, pregunta Berlusconi. La escena local, por demás, promete abundantes detalles: ayer se publicó en Italia el libro Papi: un escándalo político, en el que una napolitana de 24 años, conocida por el nombre de Sandra, ex actriz de cabaret, relata su experiencia en una fiesta de Año Nuevo en la mansión del premier en Italia. “Eramos una 50 chicas. Solo dos chicos...”, cuenta Sandra en el libro.