Vie 25.09.2009

EL MUNDO  › DESDE EL BUNKER, EL PRESIDENTE DE HONDURAS RECIBIO A LOS CANDIDATOS, A LA IGLESIA Y A UN HOMBRE DE LOS GOLPISTAS

Zelaya anunció que se abrió el diálogo

Mientras el presidente constitucional conversaba a puertas cerradas con los visitantes, en Nueva York la ONU confirmaba que hoy su Consejo de Seguridad discutirá la situación hondureña. La misión de la OEA, con trabas.

› Por María Laura Carpineta

Ayer se abrió la esperanza de un diálogo en Tegucigalpa. Mientras la represión continuaba en los barrios de los suburbios de la capital, dentro de la embajada brasileña, refugio forzado del presidente derrocado Manuel Zelaya, la insoportable espera de las últimas 78 horas fue interrumpida por una jornada de reuniones. Primero fue un hombre cercano al régimen golpista, que los zelayistas no quisieron identificar; más tarde llegó el segundo de la Iglesia Católica en Honduras, el obispo auxiliar Juan José Pineda, y hacia la noche llegaron a territorio brasileño los cuatro candidatos presidenciales que apoyaron el golpe, entre ellos los dos con chances de quedarse con el próximo gobierno, el favorito Porfirio Lobo y el correligionario de Zelaya y su némesis, Roberto Micheletti, el liberal Elvin Santos. Mientras ellos conversaban a puertas cerradas, en Nueva York la ONU confirmaba que hoy su Consejo de Seguridad discutirá la situación hondureña, a pedido del gobierno brasileño.

Los avances de la diplomacia se habían enredado ayer otra vez en las idas y vueltas de Micheletti. El miércoles había aceptado una misión de la OEA para este fin de semana, pero 24 horas después revió su decisión y sugirió cambiar, otra vez, de mediador. El ex presidente norteamericano Jimmy Carter lo había llamado ayer a la mañana para proponerle una visita del presidente costarricense Oscar Arias –quien ya había oficiado sin éxito de mediador– y el vice de Panamá, Juan Carlos Varrela, cuyo gobierno fue el único de la región que justificó el golpe.

La idea se sintió una cachetada entre los zelayistas en la embajada brasileña. Según un asesor que acompaña a Zelaya, Carter no llamó al presidente constitucional para comentarle su propuesta ni para pedirle su apoyo. Producto o no de esta desprolijidad, el presidente costarricense anunció anoche que no planea viajar pronto a Honduras. Al final del día, una cosa estaba clara: Michele-tti había logrado postergar, otra vez, la visita de la OEA .

Las negociaciones en el frente interno comenzaron en la madrugada de ayer. En medio de un clima de escepticismo y miedo, el presidente Zelaya recibió una visita inesperada. Su entorno no quiso revelar su nombre, pero sí informó a este diario que se trataba de un operador político con buena llegada al gobierno de Micheletti. Según una fuente que participó en las negociaciones en las últimas semanas, el dirigente llegó a la embajada brasileña con varias propuestas, algunas viejas, como la posibilidad de que asuma la presidencia un tercer actor, ni Zelaya ni Micheletti; y otras nuevas, como la convocatoria inmediata a una Asamblea Constituyente. Zelaya escuchó y repitió su único e inamovible reclamo: terminar su mandato constitucional el 27 de enero de 2010.

El diálogo recién estaba calentándose y ninguna de las casi cien personas que conviven con el mandatario hondureño creían que se alcanzaría algún resultado en el primer intento. Pero las cosas habían empezado a moverse. En las primeras horas de la tarde, el obispo auxiliar Pineda llegó, escoltado por la policía. Esta vez lo esperaban y la reunión se hizo pública. “Hoy se inició el diálogo, claro que es positivo”, señaló Zelaya, después de despedir al miembro del clero. La cúpula de la Iglesia hondureña apoyó abiertamente el golpe desde el primer día, pero no así el Vaticano. Presionada por la Santa Sede, la Iglesia hondureña se propuso como mediadora entre el gobierno legítimo y el de facto.

Según una fuente que acompaña a Zelaya desde que entró en la embajada brasileña el lunes pasado, el obispo auxiliar no ofreció demasiado. Pidió volver al diálogo de Costa Rica, encabezado por el presidente y Premio Nobel de la Paz Oscar Arias, pero no dio garantías sobre la restitución de Zelaya. Otro vía del diálogo que empezaba a moverse.

Por último, llegaron a la puerta del presidente derrocado los más interesados en solucionar esta crisis, los aspirantes a liderar el próximo gobierno hondureño. Los cuatro candidatos de la derecha y el centroderecha se reunieron primero con Micheletti en el Palacio Presidencial y de allí, tras profesar por enésima vez su lealtad a la “legalidad” del país ante las cámaras de televisión locales, peregrinaron hasta el refugio sitiado de los zelayistas.

Ellos también pidieron volver al diálogo de Costa Rica. “El problema es que nosotros ya aceptamos el Plan Arias, los que se niegan a hacerlo son ellos, los golpistas. Entonces, ¿qué nos vienen a pedir? Los que tienen que ceder son ellos”, dijo, perdiendo por un momento la calma, uno de los asesores de Zelaya. Había sido un día largo. Mientras en las calles la situación se enfrió un poco, dentro de la embajada brasileña la adrenalina y la temperatura estaban en alza.

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