EL MUNDO › MASIVA MANIFESTACION EN ROMA CONTRA LAS POLITICAS DEL PRIMER MINISTRO ITALIANO
El eje de la concentración fue la libertad de expresión, un tema recurrente en un país en el que su primer ministro es dueño de algunos de los multimedios más grandes e influyentes. Pero el reclamo tiene un trasfondo más profundo.
Más de cien mil personas se reunieron ayer en la Plaza del Pueblo en Roma para repudiar al primer ministro Silvio Berlusconi y sus políticas. El centroizquierda, periodistas, artistas y ciudadanos sin afiliación política participaron en lo que pareció una fiesta. Globos con los colores de la bandera italiana, banderas, música y mucha alegría. Había mucha bronca, pero el mensaje intentó ser otro. “Es bonito ver tantas caras juntas y tanto sol. En estos días se ha hablado mucho de la libertad de prensa. Nosotros, acá, combatimos por la serenidad de poder trabajar, de saber que se puede trabajar sin esperar coacciones, sin esperar que tu vida privada sea utilizada como arma para hacerte callar”, aseguró el escritor napolitano Roberto Saviano, quien no se suele mostrar mucho en público, por miedo a las amenazas que recibe de la mafia.
El eje de la concentración fue la libertad de expresión, un tema recurrente en un país en el que su primer ministro es dueño de algunos de los multimedios más grandes e influyentes. El único organizador fue la Federación de la Prensa de Italia (FNSI), aunque militantes y dirigentes de los partidos de centroizquierda se sumaron a la convocatoria. La canción que marcó el ritmo de la tarde en la plaza romana y en plazas de las principales ciudades italianas fue “Siamo tutti farabutti” (“Todos somos canallas”), en honor a los periodistas que Il Cavaliere calificó de canallas, cuando estalló el escándalo de sus affaires y sus fiestas con prostitutas.
Las críticas, fotos y relatos sobre la vida privada del premier italiano desataron su ira. En los últimos meses presentó demandas millonarias contra La Repu-bblica y L’Unità, dos medios que publicaron imágenes y declaraciones de las prostitutas que compartieron fiestas y noches de diversión con el hombre fuerte de Italia. Su último arranque de ira contra los medios fue hace sólo unos días, cuando reclamó el cierre de un programa en la RAI, en el que los periodistas entrevistaron a una de sus compañeras de fiestas.
Pero el reclamo de libertad de expresión tiene un trasfondo más profundo. En primer lugar, Berlusconi es reconocido por los italianos como un magnate de los medios –es dueño de tres cadenas– y, según denunciaron ya varios periodistas de la RAI, controla muy de cerca la línea política de sus medios. Como sucede en el resto del mundo, en Italia los grandes medios de comunicación son dominados por los grandes poderes económicos, y para ese país europeo eso significa la mafia. “La mafia ha enfangado el término honor y creo que reuniéndonos aquí hemos demostrado que el país defiende su honor. En definitiva, todo lo que sucede estos días significa una vieja verdad: que la verdad y el poder nunca coinciden”, sentenció Saviano, autor de Gomorra.
El líder del partido opositor Italia de los Valores (IDV) y ex juez Antonio Di Pietro también aprovechó la masiva marcha para advertir sobre el creciente poder de la mafia en el país. El dirigente recordó que en las últimas semanas Berlusconi hizo aprobar una ley que da inmunidad a los capitales en el extranjero. Los medios críticos al gobierno lo bautizaron “escudo fiscal” y, según Di Pietro, sólo sirve para favorecer a grupos ilegales, como la mafia.
En un principio la concentración estaba programada para el 19 de septiembre, pero la cancelaron a último minuto por la muerte de seis soldados italianos en un atentado en Afganistán. Pero a pesar del duelo y el creciente debate sobre la guerra y la continuidad o no de las tropas italianas, la oposición y los periodistas siguieron impulsando el debate sobre la falta de libertad de expresión. La presión fue tal que consiguieron instalar el tema en el Parlamento Europeo el miércoles próximo.
Ayer desde su residencia Berlusconi restó importancia a la marcha en Roma –una de las más masivas contra el actual gobierno– y aseguró que en el país existe más libertad de expresión que en el resto del mundo occidental. “Esto es una farsa absoluta”, señaló el premier, que controla tres cadenas televisivas privadas y los medios públicos.
Pero en ayer en la Plaza del Pueblo más de cien mil personas lo desmintieron y lo acusaron de amordazar las expresiones de todos los que no están a favor de él. Para el escritor Saviano, sin embargo, Berlusconi es sólo una parte del problema. “Lo que pasa demuestra una vieja verdad: la verdad y el poder no coinciden nunca”, sentenció.
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