EL MUNDO › UN AÑO DESPUES DE LA DERROTA DE UN REFERENDUM SIMILAR, EL SI ARRASO EN LA URNAS
› Por David McKittrick *
Los votantes irlandeses expresaron ayer un apoyo contundente al Tratado de Lisboa, lo que provocó alivio y satisfacción en Bruselas, Dublín y en el resto de Europa, que venían al nuevo referéndum como una prueba a sortear para garantizar el futuro de la Unión Europea y el gobierno irlandés. El resultado de la consulta popular demostró que dos tercios de los votantes estaban a favor del tratado, un cambio dramático con respecto al referéndum del año pasado, en la que el texto fundacional fue rechazado.
Ese resultado significará que a partir de ahora la atención de Bruselas se trasladará de Irlanda a Gran Bretaña, en donde el favorito para quedarse con el cargo de primer ministro, David Cameron, ya prometió realizar un referéndum sobre temas vinculados con la comunidad europea. Además, el abrumador apoyo al tratado también le permitirá recuperar un poco de su antigua estabilidad a la República de Irlanda, en donde los analistas comenzaban a anunciar el fin de la luna de miel entre el llamado milagro europeo y la UE.
Sólo unos pocos de los 43 distritos votó por el No, la mayoría distritos independientes como Donegal. Por el contrario, la capital, Dublin, alcanzó un rotundo Sí con el 70 por ciento de los votos. En los suburbios de mayor poder adquisitivo el apoyo al bloque regional escaló incluso a más de 80 por ciento, como en el caso de Dun Laoghaire.
Uno de los factores que habría ayudado a cambiar el clima de opinión entre los irlandeses fueron las garantías que dio en los últimos meses Bruselas de que no avanzarían sobre temas que despiertan un fuerte rechazo en el pequeño país, como el aborto y el debate sobre imponer la conscripción en el Viejo Continente. Según el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, las garantías del Ejecutivo regional fueron claves en la votación del viernes. “Gracias Irlanda. Es un gran día para Irlanda y para Europa. Estoy muy feliz”, aseguró el dirigente, que fue reelecto el mes pasado.
Otro factor decisivo fue el derrumbe económico y sus consecuencias, las cuales lograron convencer a muchos irlandeses de que no era buena idea enemistarse con la comunidad europea y perder su ayuda. El llamado milagro europeo fue uno de los países del bloque que más ayuda financiera recibió en sus primeros años como miembro. Ese recuerdo estuvo muy presente el día de la votación, incluso entre los que hicieron campaña por el No.
“Algunos nos decían que querían votar por el No, pero que, económicamente, no podían hacerlo”, explicó Patricia McKenna, miembro de la campaña que perdió. El empresario multimillonario y también militante por el No Declan Ganley coincidió con ella. “Me sorprendió ver cuán grande fue el voto por el Sí. Demuestra cuán asustada está la gente”, aseguró.
El factor económico fue innegable. El propio ministro de Finanzas irlandés, Brian Lenihan, reconoció que la abrumadora victoria en el referéndum refleja los fuertes temores de los ciudadanos ante la crisis económica internacional. Pero al mismo tiempo que el gobierno reconocía esa debilidad, advertía que el Sí no sólo fue un espaldarazo a la Unión Europea, sino también al gobierno irlandés. “Otra derrota habría tenido consecuencias devastadoras para nuestro gobierno”, dijo, aliviado, el ministro de Defensa, Willie O’Dea.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
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