EL MUNDO › SINDICATOS Y PARTIDOS DE IZQUIERDA ORGANIZARON UNA CONSULTA EN FRANCIA SOBRE EL FUTURO DE LA EMPRESA ESTATAL
Más de dos millones de franceses opinaron en un referéndum no vinculante. Sarkozy presentará en noviembre el proyecto de ley con el que prevé transformar La Poste en sociedad anónima de capitales públicos a partir de 2010.
› Por Eduardo Febbro
Desde París
Los sindicatos del Correo francés –propiedad del Estado–, partidos de izquierda y asociaciones introdujeron una idea creativa para oponerse a un proyecto del Ejecutivo que apunta a transformar la empresa de correos –La Poste– en una sociedad anónima, que es una forma solapada de preparar su eventual privatización. Las centrales sindicales organizaron una consulta ciudadana sobre el futuro del correo, en la cual participaron espontáneamente más de dos millones de personas, de las cuales más del 90 por ciento dijo no a la pregunta: “El gobierno quiere cambiar el estatuto de La Poste para privatizarla, ¿usted está de acuerdo con ese proyecto?”. Aliados con los partidos de izquierda, los sindicatos exigen hoy que se lleve a cabo un auténtico referéndum sobre la transformación del estatuto del Correo francés.
El voto ciudadano se llevó a cabo enfrente de las municipalidades del país y en las mismas oficinas del correo. Su resultado sobrepasó las previsiones de quienes habían lanzado la idea, el Comité Nacional contra la privatización del Correo, por un debate público y un referéndum sobre el servicio público postal. La cifra de dos millones cien mil personas representa el 3 por ciento de la población y el 5 por ciento del electorado francés.
La Poste es en Francia, a imagen y semejanza de lo que alguna vez fue la compañía telefónica France Telecom antes de su privatización parcial, una suerte de emblema del servicio público francés, una representación del Estado implantada en los lugares más remotos de la geografía nacional y dotada de una doble función: a la vez correo y lazo entre mundos urbanos híper desarrollados y zonas rurales en las que el correo y la escuela constituyen la única relación con los servicios estatales y el mundo exterior. La consulta carece de todo valor jurídico, pero su carácter inédito y la masiva participación de los ciudadanos introduce a la vez un elemento nuevo al tiempo que plasma una inquietud social. El gobierno francés presentará en noviembre el proyecto de ley al Parlamento con el que prevé transformar La Poste en sociedad anónima de capitales públicos a partir de 2010, y ello antes de la apertura total del sector a la competencia en la Unión Europea.
Los socialistas franceses llevan varios meses denunciando lo que consideran una maniobra de Sarkozy para privatizar entre telones este servicio público. En cambio, el portavoz del partido gobernante –UMP–-estimó que la consulta fue una “vasta manipulación de asociaciones o partidos de izquierda”. Sin embargo, anoche, el ministro de Trabajo, Xavier Darcos, admitió que “dos millones de personas que votan es una cosa seria”. Los usuarios respondieron presentes y con ello acentuaron el rol de la sociedad civil en un sistema político donde la oposición socialista sufre de un déficit de credibilidad y de proyectos convincentes y de un exceso de antagonismo en el seno de las corrientes que la componen. Fuera de la mecánica invisible de los sondeos de opinión y ante un Partido Socialista al que nadie escucha, los usuarios eligieron otra forma de expresión.
Aún no existe en Francia la posibilidad de organizar un referéndum de iniciativa popular. Esta figura fue incluida en 2008 en la Constitución, pero hay que esperar hasta que la Asamblea Nacional (diputados) apruebe el texto de aplicación a partir de junio de 2010. En un país en donde después de sus intelectuales el servicio público es otro de los pilares de la identidad moderna, la iniciativa de los sindicatos plantea un tema profundo: el derecho de los ciudadanos a ser consultados sobre el destino de los servicios del Estado. Uno de los organizadores del voto y miembro del Correo, Nicolas Galepides, comentaba en las páginas del diario Libération que “con más de dos millones de votantes pasamos a una cosa irracional. Para Nicolas Sarkozy va a ser complicado continuar con su proyecto”.
A su manera espontánea y fresca, las sesenta organizaciones que componen el Comité contra la privatización del Correo se adelantaron a la invitación formulada por Sarkozy cuando prometió darles “la palabra” a los ciudadanos. El resultado de esta consulta es aún mayor del que arrojan los sondeos de opinión. Estos señalan que 59 por ciento de los franceses quiere que se lleve a cabo un referéndum sobre el porvenir del estatuto del Correo. Este fin de semana, el Ejecutivo recibió un mensaje ciudadano por demás claro y remitido desde el mismo Correo francés.
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