EL MUNDO › BAJO EL PARAGUAS DE LA OEA, SE REUNIERON GOLPISTAS Y ZELAYISTAS EN TEGUCIGALPA
El secretario general de la OEA, José Miguel Insulza; el subsecretario para América latina norteamericano, Thomas Shannon, y cuatro cancilleres de la región propician un acuerdo, pero Zelaya tiene dudas fundadas sobre el resultado.
La foto era la que quería la OEA: tres hombres de Manuel Zelaya y tres de Roberto Micheletti dándose la mano, rodeados por una nutrida misión diplomática internacional. El secretario general de la OEA José Miguel Insulza, el subsecretario para América latina norteamericano Thomas Shannon y cuatro cancilleres de la región observaban la escena, con cara de satisfacción. Pero el optimismo terminaba en las cuatro paredes del hotel capitalino de cinco estrellas, que ofició y oficiará en los próximos días como sede de las negociaciones. Afuera, Zelaya y sus aliados no sonreían para la foto. “El presidente nos dijo que teme que esto se convierta en un acto demagógico, que en nada servirá para solucionar la crisis”, le dijo a este diario Carlos Ham, candidato presidencial y uno de los primeros delegados elegidos para negociar en nombre del mandatario derrocado.
Desde que llegó la segunda misión de cancilleres latinoamericanos a Tegucigalpa, el presidente Zelaya advirtió e hizo públicas sus dudas. “Creo que todavía hay una salida, pero no la veo cerca”, aseguró a primera hora de la mañana. No obstante, envió a sus negociadores y les dio luz verde para negociar con el régimen de facto. Eso sí, aclaró a los periodistas que lo acompañan en la embajada brasileña, su restitución al frente de la Presidencia de la Nación es incuestionable. Con ese mandato, sus ministros de Gobernación (Interior), Víctor Meza, y Trabajo, Mayra Mejía, y el líder de la resistencia popular, Juan Barahona, llegaron a la mesa de negociación con una sola propuesta, el llamado Plan Arias.
El texto era el mismo que había redactado hace cerca de dos meses el presidente costarricense Oscar Arias y que contempla cuatro puntos centrales: la restitución inmediata de Zelaya, amnistía política para todos, la creación de un gobierno de unidad nacional y el adelantamiento de las elecciones generales de noviembre próximo. Este último punto no sólo quedó caduco, sino que el presidente derrocado agregó otro elemento. Su vuelta al poder debe concretarse antes del jueves próximo, si no –aseguró ayer– no aceptará los comicios de noviembre, cualquiera sea el acuerdo al que lleguen los golpistas.
Los golpistas, por su parte, llegaron a la cita con la OEA con tres negociadores: el empresario Arturo Corrales, la ex presidenta de la Corte Suprema de Justicia Vilma Morales y el jurista Armando Aguilar. Ellos también llegaron con una propuesta a la mesa. Según adelantó el propio Micheletti en cadena nacional antes del comienzo de la reunión, el plan fue bautizado como Acuerdo de Guaymuras (antiguo nombre de Honduras) y, en principio, no contendría la vuelta de Zelaya al poder. “Mi gobierno convoca a una mesa de diálogo para abordar con nuevo espíritu los temas que de alguna manera ya han sido considerados en documentos de trabajo en el diálogo de San José. Los dos temas cruciales que se refieren al respeto de los poderes del Estado y a la amnistía”, había explicado el presidente de facto desde el Palacio de Gobierno.
En términos muy similares había comenzado el diálogo en Costa Rica, bajo la mediación del presidente y Premio Nobel de la Paz, Oscar Arias. Pero esta vez la tensión era aún más palpable. Los golpistas y los zelayistas se veían la cara en el corazón de Tegucigalpa, la capital hondureña, en un hotel de lujo, totalmente rodeado por militares y policías.
“Ningún diálogo puede hacerse si a una de las partes se la lleva amordazada y con una pistola sobre la cabeza”, advirtió el Frente Nacional de Resistencia contra el golpe de Estado en un comunicado a mitad de la tarde. “Continúan siendo asesinados compañeros y compañeras por sicarios al servicio de los golpistas, están procesados decenas de compañeros campesinos desalojados del Instituto Nacional Agrario y muchos de ellos presos”, se quejó el frente social, representado ayer en la negociación por el líder sindical, Juan Barahona.
Ayer la primera ronda del diálogo sólo consistió en presentar sendas propuestas y establecer una agenda, que incluirá las dos. Hoy será la segunda ronda de negociaciones y así hasta que se llegue a un acuerdo. La OEA será la garante del diálogo, que no tiene plazo ni fecha de vencimiento, aunque la misión de cancilleres y de importantes funcionarios del hemisferio se irá hoy a la tarde. Dejarán en el país una comisión de acompañamiento, que será la que ejerza de mediadora entre los zelayistas y los golpistas.
“La verdad es que a pesar de los discursos públicos, ni la OEA es optimista”, advirtió César Ham, candidato presidencial de la izquierda, quien sigue de cerca la negociación y anteanoche tuvo una reunión con funcionarios de la organización hemisférica. “Fueron claros con nosotros; nos dijeron que no tienen esperanzas de llegar a un acuerdo político con esta dictadura. Pero representan a la OEA y tienen un mandato que cumplir”, agregó el dirigente progresista.
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