El presidente palestino, Mahmud Abbas (foto), le agradeció ayer a la presidenta Cristina Kirchner por sus palabras de apoyo y su posición contra las masacres en la Franja de Gaza y Cisjordania. “Valoramos la posición de la Argentina y la conversación con la Presidenta fue muy positiva”, aseguró el mandatario en un almuerzo con la comunidad islámica en Argentina. Habló, muy medido y casi inexpresivo, en un salón del Centro Islámico, decorado todo en blanco y verde, los colores de la bandera palestina. “Su ayuda es muy importante para desmentir las ideas nefastas que circulan y que no tienen nada que ver con el pueblo palestino y su lucha”, señaló, buscando con la mirada a los embajadores de los países musulmanes presentes. El mandatario palestino evitó hacer comentarios incendiarios sobre Israel, pero ya hacia el final de su discurso subió un poco el tono. “La permanencia de los palestinos en sus tierras y en sus casas hasta el día de hoy desmitificó la historia difundida en el mundo de que los israelíes vinieron a ocupar una tierra sin pueblo, sin gente”, señaló. Esa mañana, Abbas había hecho una visita protocolar a la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados y más tarde dio una charla en un hotel cinco estrellas porteño para un público académico y algunos infiltrados, como los menemistas Eduardo Menem y el ex intendente de la ciudad Jorge “Topadora” Domínguez. La sorpresa en el auditorio, sin embargo, fue la presencia del embajador israelí en Argentina, Daniel Gazit. Frente a él, Abbas aseguró que la paz en Palestina es la llave para alcanzar la paz mundial y que el camino para la reconciliación entre los palestinos es a través de las elecciones. “Hay que acudir al pueblo, si el pueblo acepta a Hamas, que se quede con los gobiernos de Gaza y Cisjordania”, aseguró antes de partir a Chile, la última parada de su gira sudamericana.