EL MUNDO › EL PLAN NO INCLUYE JERUSALéN ORIENTAL, POR LO TANTO ES RECHAZADO POR LOS PALESTINOS
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, dijo que la decisión de frenar parcialmente la construcción de asentamientos es una evidencia de que quiere la paz con los árabes.
› Por Ben Lynfield *
Desde Jerusalén
El gabinete israelí aprobó una “restricción” de la construcción de los asentamientos en Cisjordania durante diez meses en lo que el primer ministro Benjamin Netanyahu dice que es una apuesta para mostrarle al mundo que Israel quiere la paz con los palestinos. Sin embargo, el plan para frenarlos no incluye un congelamiento de la construcción de asentamientos en el área de Jerusalén oriental ocupada, que los palestinos ven como su futura capital.
Los palestinos descartaron el plan aún antes de que fuera revelado formalmente, como una repetición de posiciones previas inaceptables. “Cualquier oferta que no incluya a Jerusalén oriental será rechazada inmediatamente”, dijo Nabil Abu Rudeineh, el vocero del presidente Mahmud Abbas. “Ningún palestino, ningún árabe puede cruzar esta línea.”
El plan no se aplica a las unidades habitacionales que están todavía en construcción. Sin embargo, los funcionarios israelíes lo llamaron “lo más lejos que el gobierno israelí ha ido para restringir la construcción de asentamientos”. No se aprobarán nuevas construcciones privadas durante 10 meses y con la excepción de 25 edificios planeados, ninguna construcción ya aprobada pero no comenzada será lanzada, dijeron los funcionarios. Hubo informes conflictivos sobre si las restricciones se referían al “crecimiento natural” –una frase que Israel usa para describir la construcción de más viviendas para acomodar a las que aumentan–.
Aunque el plan claramente no cumple con la Hoja de Ruta internacional de 2003 –que pedía un congelamiento total incluyendo a Jerusalén oriental– los funcionarios de Estados Unidos apoyaron el paso de Israel. Ayer dijeron que la administración Obama “esperaba que esto conduciría a una reanudación” de las negociaciones de paz. En una primera reacción, la secretaria de Estado norteamericana Hillary Clinton se declaró satisfecha: “El anuncio hecho por el gobierno israelí ayuda a avanzar hacia la resolución del conflicto israelí-palestino”, dijo, en un comunicado.
Eso deja a Abbas con una obligación aún más severa, habiendo prometido no regresar a la mesa de las negociaciones salvo que hubiera un congelamiento total, como había recomendado originalmente Washington. Abbas dijo este mes que no busca una reelección. Netanyahu “no presentó ninguna opción para reactivar las negociaciones”, declaró Saeb Erakat, el principal negociador palestino, por teléfono desde Chile, donde acompaña al presidente de la Autoridad Palestina (ver página 20) que efectúa una gira por América latina. Del lado israelí, los colonos, los religiosos y la extrema derecha deploraron la proposición de Benjamin Netanyahu, sinónimo a su parecer del “fin de las colonias”.
Netanhayu fue citado como diciéndole a su gabinete que el plan “nos permite presentar al mundo una verdad simple: el gobierno israelí quiere entrar en negociaciones con los palestinos y es muy serio en cuanto a sus intenciones de promover la paz”.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12
Traducción: Celita Doyhambéhère,
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