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› EL CANDIDATO ANTIGUERRILLA ES FAVORITO EN COLOMBIA
A más violencia, más derecha
Después de dos semanas marcadas por la intensificación de las acciones insurgentes, el candidato antiguerrilla Alvaro Uribe Vélez se volvió el favorito en las encuestas para las elecciones de mayo.
La polarización en la sociedad colombiana avanza, pero a favor de un solo polo. Dos encuestas publicadas ayer indican que la escalada guerrillera de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia aumenta de igual manera la preferencia de voto hacia el candidato que defiende una solución militar del conflicto con las guerrillas. Ayer, por lo pronto, un coche bomba estalló en Bogotá, en un nuevo signo de que los insurgentes están llevando la guerra a las ciudades; el ataque, que no produjo víctimas pero sí destrozos, puede haber estado dirigido contra el cercano canal de television Caracol; también ayer, un desconocido disparó dos balazos en la cabeza al subdirector de un diario de Bogotá, y al menos 13 personas resultaron heridas en la ciudad de Arauca, al este de Colombia, por un artefacto explosivo lanzado contra un puesto fluvial de la Armada. Además ayer se supo que 29 militares murieron el martes en la explosión de una casa en que las FARC escondían dinamita. Por todo esto, el presidente Andrés Pastrana canceló su participación del Foro Económico Mundial de Nueva York que comienza hoy.
Alvaro Uribe Vélez es un liberal disidente cuyo caudal de votos aumentó de manera notable en los últimos días. Las dos encuestas encargadas a Napoleón Franco y a Invamer Gallup y el Centro Nacional de Consultoría, por los principales medios de comunicación, muestran a Uribe como el ganador con un 39 por ciento y 40 por ciento de votos. Uribe, líder de una fuerza disidente del Partido Liberal y crítico del proceso de paz con las guerrillas, desplazó al jefe de la oposición, Horacio Serpa, del primer lugar de las preferencias electorales. Las FARC ya advirtieron que si Uribe resulta elegido presidente, cerrarán toda posibilidad de negociar y aumentarán su accionar ofensivo, argumentando que el dirigente representa los intereses del paramilitarismo. Las FARC intensificaron sus atentados a pesar de su compromiso del 20 de enero de discutir con el gobierno una tregua con cese de fuego y acordar antes del 7 de abril, y el impacto sobre la sociedad se puede medir por el hecho de que Uribe aparezca en primer lugar ante dos candidatos –Serpa y Noemí Sanín– que ya eran fuertemente críticos del proceso de paz.
A las 9 de la mañana de ayer, un coche bomba detonó en el barrio residencial La Soledad, de Bogotá. “La bomba estaba oculta en un vehículo campero (todo terreno) que había sido robado. Por fortuna no hubo víctimas aunque sí daños materiales”, dijo el comandante encargado de la Policía Metropolitana, coronel Rubén Carrillo. Fuentes de seguridad atribuyeron el atentado a un comando urbano de las FARC, y el ministro de Defensa y vicepresidente Gustavo Bell aseguró que se trató de un “ataque contra la libertad de prensa”. El martes a la noche, otro coche bomba había explotado en la ciudad de Florencia, la capital del departamento del Caquetá, dejando seis muertos –incluidos dos niños– y nueve heridos. El automóvil explotó al paso de una caravana del ejército en un sector residencial de la ciudad y destruyó varias edificaciones.
Desde La Habana –donde se está realizando la Cumbre de la Paz– el enviado especial de las Naciones Unidas, James LeMoyne, dijo confiar que los ataques no fueran acciones de las FARC porque “sería lamentable para el proceso de paz”. LeMoyne, quien intervino para salvar recientemente el proceso de paz con las FARC, participa en la capital cubana en un encuentro entre el gobierno y la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN), la segunda guerrilla más grande de Colombia.
Ayer también se supo que 29 militares murieron el martes al estallar la casa en que las FARC escondían dos toneladas de dinamita, en las afueras del pueblo de El Dorado, en el oriental departamento de Meta. Siete de los cuerpos fueron rescatados el martes en la noche. Y, en un confuso episodio, el subdirector del diario regional La Patria, Orlando Sierra Hernández resultó gravemente herido tras recibir dos disparos en la cabeza en Manizales, 300 kilómetros al oeste de Bogotá. Se trata del segundo atentado contra un periodista en dos semanas.
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