Empresarios, representantes sociales y funcionarios reunidos en la Primera Conferencia Nacional de Comunicación de Brasil aprobaron un proyecto que termina con los monopolios de prensa y crea un consejo auditor de los medios, iniciativa cuestionada por entidades empresarias. El visto bueno de la Conferencia fue también para la idea de ejercer un “control social” de los medios.

“La Conferencia fue un paso importante hacia la democratización de los medios y de repudio al totalitarismo de la red Globo, porque al no participar de la Conferencia está diciendo a la sociedad que quiere huir del debate sobre la comunicación”, remarcó el empresario Joaquín Palhares, propietario del sitio Carta Mayor.

El encuentro había sido abierto el lunes por el presidente Luiz Lula da Silva, quien en su discurso mencionó algunos “excesos” de los medios que tergiversan información, y se declaró como un defensor de la libertad de expresión. “Una conquista importante de la Conferencia, que espero el gobierno haga suya, fue proponer que se convierta en ley el artículo de la Constitución que prohíbe los monopolios”, aseguró Palhares.

Entre las 600 propuestas aprobadas figura alentar el control social de los medios, precepto cuestionado por varias entidades empresariales que decidieron boicotear el encuentro. Para el diario Estado de São Paulo, “el control social de los medios es un eufemismo para subordinar el libre flujo de información a la injerencia encubierta del Estado”, según denunció en un editorial.

La Conferencia también respaldo la formación de un Consejo de Etica Periodística, para garantizar la “calidad” de la información y la libertad de pensamiento de los periodistas ante las empresas, un punto que respaldó la Federación Nacional de Periodistas. En cambio, Antonio Teles consideró, en nombre de la Asociación Brasileña de Radiodifusión, que ese Consejo constituye “una amenaza a la libertad de expresión”.