La decisión de devaluar el bolívar sigue generando reacciones. El mandatario venezolano, Hugo Chávez, llamó ayer a sus partidarios a que impidan la suba de precios en los comercios y anunció que podría intervenir más bancos.

El “viernes rojo” de Chávez provocó el rechazo de la oposición y la incertidumbre de la población que espera que se implemente la medida a partir de hoy. El Ejecutivo anunció el viernes pasado la depreciación del bolívar que se mantenía en 2,15 por dólar desde 2005. “Estas medidas van a potenciar la economía y la productividad nacional. Hemos estado vendiendo los dólares muy baratos durante mucho tiempo y esto hace que muchos sectores de la economía nacional prefieran importar porque les sale muy barato, que incrementar los esfuerzos para producir en Venezuela”, indicó el presidente en un acto público.

A partir de hoy, en Venezuela habrá dos precios oficiales del dólar: 2, 60 para productos de primera necesidad, remesas e importaciones del sector público y 4,30 para todo otro uso. La aplicación de este nuevo sistema con dos cotizaciones diferentes según el uso, produjo un fuerte rechazo de los antichavistas que apuntaron a que la misma generará más inflación.

“La devaluación decretada por el gobierno es para continuar el despilfarro en regaladera, compras militares y estatizaciones”, afirmó ayer el coordinador nacional del partido opositor Primero Justicia, Julio Borges, en rueda de prensa. “Mientras el gobierno se vuelve el doble de rico, el pueblo se vuelve el doble de pobre”, aseveró indignado ante el anuncio. Por su parte, el presidente de Copei-Partido Popular, Luis Ignacio Planas, alertó en un comunicado que quienes sufrirán las mayores consecuencias serán los ciudadanos. Planas denunció también que el dinero que recibirá el Gobierno por la modificación del tipo de cambio será utilizado con fines políticos de cara a las legislativas de septiembre de este año.

Las críticas fueron desestimadas por el propio Chávez. “Tenga el pueblo tranquilidad plena. La oposición está tratando de llenar, de meter miedo al pueblo, esa es su estrategia. Yo llamo a mantener la calma”, declaró el mandatario desde su programa dominical Aló Presidente. Asimismo, instó a sus partidarios a trabajar unidos para impedir la suba de precios en los comercios. “Algunos burgueses, oligarcas (...) están diciendo que por las medidas anunciadas el viernes ellos tienen que incrementar todos los precios. ¡De ninguna manera lo vamos a aceptar!”, manifestó. E insistió: “Lo primero que hago es llamarlos a que no lo hagan, y al pueblo a que no permita que le roben. No hay ninguna razón para que aumenten los precios de nada”, señaló para luego remarcar que los especuladores serán sancionados.

Sin embargo, la incertidumbre se hizo sentir ayer en Caracas. Grandes colas se vieron en supermercados, casas de electrodomésticos y de material informático donde la gente buscaba comprar en medio de rumores de alza en los precios de hasta un 50 por ciento. Los empleados de los comercios, por su parte, sustituían las etiquetas sin poder precisar aún a qué precio estarían hoy los productos.

El mandatario advirtió también la posible intervención de otro banco. De cumplirse, sería la octava intervención de una entidad bancaria desde diciembre del año pasado. “Por allá hay un banco que se está acercando peligrosamente a la intervención”, dijo desde el programa, aunque sin precisar el nombre del banco o la razón para tomar la medida. Enérgico en su discurso, Chávez aseveró que no le temblará el pulso a la hora de implementar la devaluación y alertó que los chantajes de algunos sectores de la banca no servirán de nada.