Tres semanas antes de terminar su mandato, el Congreso uruguayo aprobó la Ley de Descentralización y creó 89 alcaldías. La normativa habilita la creación de ocho alcaldías en Montevideo y las restantes se distribuirán entre todas las poblaciones con más de cinco mil habitantes. El presidente saliente Tabaré Vázquez impulsó el proyecto desde el principio y presionó para que fuera aprobado antes del cambio de Congreso, de manera tal que los nuevos cargos quedaran incluidos en las elecciones municipales de mayo. La oposición protestó por la reducción de los plazos.

La aprobación del Senado ayer sorprendió a la oposición, que esperaba que el proyecto de ley se terminara de aprobar el martes. Sin embargo, después de la media sanción del jueves en Diputados, el oficialismo pisó el acelerador y logró la aprobación por 22 a 29 votos, sin demasiada discusión. Todos los senadores del Frente Amplio, más algunos del Partido Blanco, apoyaron la ley, mientras que la oposición, con el ex presidente colorado Julio Sanguinetti a la cabeza, la rechazó, argumentando los cuestionamientos hechos por la Justicia Electoral.

En medio del debate parlamentario, la Corte Electoral se había expedido sobre el asunto y se había opuesto de forma contundente. Según el tribunal, su estructura no tiene ni los recursos ni el tiempo suficiente para organizar elecciones de las 89 nuevas alcaldías en mayo próximo, fecha en la que ya estaban programados los comicios de los intendentes de todo el país.

Según la nueva ley, ahora le corresponde a cada gobierno departamental decidir las localidades que tendrán alcaldías y cómo se distribuirán. Una vez que lo hagan, la Corte Electoral deberá reglamentar la ley electoral para esos nuevos distritos. Para todo eso, tienen menos de tres meses y un diputado opositor ya adelantó que intentará bloquear el proceso, presentando un recurso de inconstitucionalidad ante la Corte Suprema.

Para el oficialismo, en cambio, la oposición quiere frenar la reforma por miedo a perder en las elecciones municipales de mayo. En la última elección presidencial, el Frente Amplio y su candidato, José Mujica, ganaron ampliamente en la capital y en la mitad del territorio. La otra mitad fue, mayoritariamente, a los blancos.