Mar 16.02.2010

EL MUNDO  › LAS TROPAS DE LA OTAN DICEN TENER BAJO CONTROL LA CIUDAD DE MARJAH, AL SUR DE AFGANISTAN

Un avance a fuerza de víctimas civiles

El día después de que doce civiles afganos fueran muertos por dos cohetes de Estados Unidos en Helmand, la OTAN admitió que un ataque aéreo dirigido a los insurgentes mató ayer a cinco afganos más en Kandahar. Los talibán oponen resistencia.

› Por Julius Cavendish *

Desde Kabul

Los civiles en la ciudad de Marjah, al sur de Afganistán, dijeron que la lucha continuaba ahí ayer con la “máxima intensidad” mientras los insurgentes talibán se replegaban hacia lugares cada vez más pequeños. A pesar de encontrar una fuerte resistencia de pequeñas bandas de guerrilleros, las fuerzas afganas y de la OTAN afirman que la mayor parte de la ciudad en la provincia de Helmand está bajo su control. Sin embargo, no pudieron tomar el bazar principal, habiendo tenido que retroceder dos veces por el intenso fuego de los hábiles tiradores talibán.

“Las tropas extranjeras tienen el control de los principales lugares”, le dijo por teléfono a The Independent Ajaml Gullai, un chofer de taxi de 33 años que vive en Marjah. Como muchos otros civiles en la ciudad, Gullai ha permanecido en su casa, temiendo que si intenta salir se vea enfrentado con una bala o una bomba. “Estamos aprendiendo a reconocer los diferentes tipo de disparos y podemos decir quién está disparando a qué –dijo–. El talibán usa armas pequeñas como AK-47, ametralladoras PKM y lanzadores de cohetes. La mayor parte del fuego proviene de las tropas extranjeras.”

Aunque el progreso es lento, con soldados británicos en el área de Nad-e-Ali desactivando minas terrestres, hay un sentido de optimismo entre las tropas afganas, sin precedente en número. “Casi todo Nad-e-Ali y Marjah han sido tomados”, afirmó el general Aminulá Patiani, el alto oficial afgano de la Operación Moshtarak.

Los comandantes de la OTAN hablaron en un tono más cauteloso, advirtiendo que la lucha podría durar varias semanas más y que el éxito o fracaso sólo podría juzgarse dentro de algunos meses, si los habitantes de Marjah pueden llegar a las escuelas, los hospitales y los servicios básicos del gobierno. Y un día después de que doce civiles afganos fueron muertos por dos cohetes de Estados Unidos en Helmand, la OTAN admitió que un ataque aéreo dirigido a los insurgentes mató ayer a cinco afganos más en Kandahar. Las muertes, no relacionadas con la ofensiva de Marjah, sucedieron después de que una patrulla de soldados de la OTAN y afganos viera a gente cavando una trinchera en el distrito de Zhari y creyera que estaban colocando un improvisado artefacto explosivo.

La noticia sólo dificultará el esfuerzo del gobierno afgano para tentar a los soldados talibán de a pie a cambiar sus armas por empleos y vidas estables. Los funcionarios afganos han estado tratando de abrir una brecha entre militantes nacidos ahí, a quienes quieren reintegrar, y combatientes extranjeros, a quienes prefieren matar.

“Quiero pedirles a todos los talibán afganos, aquellos que están sitiados o quizás ocultos, que depongan sus armas y se unan a nuestro programa de reconciliación, tomen parte con nosotros en la reconstrucción de nuestro país”, dijo ayer el ministro de Defensa Rahim Wardak. Pero los analistas advirtieron que el programa, esbozado en la conferencia de Londres el mes pasado, todavía tiene que ser revisado en detalle.

Y es en la reintegración de los combatientes locales y en establecer un gobierno local efectivo que probablemente se decida la victoria –y es donde la OTAN está tomando sus mayor riesgo–. El destino de Marjah quedará en manos de los administradores afganos, la policía afgana y la voluntad política afgana.

El talibán buscó explotar el primer ataque de cohete, anunciando en su sitio web que “los infieles prometieron que no matarían a ningún civil, pero hasta ahora diecisiete civiles han muerto por el ataque de cohete de Estados Unidos, doce de una sola familia”.

Recordando que ayer era el vigésimo aniversario del retiro de los soldados soviéticos de Afganistán, también predijeron que la historia se repetiría. “Veinte años después de la derrota del Ejército Rojo, hoy Obama, también en Afganistán, le ha dado un año y medio al comandante de los invasores extranjeros, McChrystal, para que demuestre su éxito con los Emiratos Islámicos. Los actuales ocupantes de Afganistán, igual que el Ejército Rojo, se enfrentarán a la derrota.”

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.

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