La huelga general contra el presidente Hugo Chávez cumplió ayer su décima jornada marcada por versiones antagónicas: el oficialismo dijo que comenzaba a darse un “desbloqueo” de la actividad petrolera, en la reactivación de las exportaciones de crudo y venta interna de combustible, mientras que la oposición lo negó; a su vez, Chávez calificó la acción de los gerentes petroleros de “subversión encorbatada, que penetró en la industria (petrolera) y se la expropió a los venezolanos”, mientras Carlos Ortega, presidente de la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV), fue categórico: “Nos declaramos en resistencia total hasta el final y lograr el objetivo que Chávez se vaya”.
El ministro venezolano de Energía, Rafael Ramírez, aseguró que el país “rompió” el bloqueo a las exportaciones de crudo impuesto por “el boicot opositor y recuperó el control en los últimos dos días de 2,4 millones de barriles, principalmente dirigidos a Estados Unidos”. El ministro detalló que el primer buque partió en la madrugada del martes con 350.000 barriles de crudo hacia Estados Unidos y otros cuatro cargaban ayer en dos terminales portuarias cuyo control ha sido retomado por el gobierno. Aseguró también que el sistema de distribución interno de combustible está restablecido. Chávez declaró que “estamos rompiendo el autobloqueo al país”, en alusión a los 13 buques varados que se sumaron al paro.
El diario local El Universal informó que el buque Josefa Camejo, atracado en el oeste del país, estaba en control del gobierno en espera de ser cargado, previendo que la refinería, que aún tenía cerrado el poliducto, comenzara a funcionar. Ese periódico desmintió que se hubieran reanudado las exportaciones y señaló que 2.000.000 de barriles de crudo estaban parados, del total de 2.800.000 barriles diarios. Cifra que confirmó el especialista José Toro Hardy a Página/12: “La sociedad venezolana está haciendo un gran sacrificio –sostuvo–, porque el paro se produce en diciembre, mes de mucha actividad. La economía está paralizada, porque la actividad petrolera lo está, equivalente al 55 por ciento de los ingresos fiscales, 80 por ciento de las divisas y el 25 por ciento del PBI”.
En este sentido, los dirigentes de la huelga afirmaron que la producción petrolera está reducida en más del 60 por ciento y que la refinación está virtualmente paralizada. El sindicalista Carlos Ortega alertó que el gobierno ha puesto empeño en enfrentar la paralización de la industria petrolera con el uso de personal jubilado o gente inexperta, lo cual ha generado varios accidentes. Además, Ortega denunció que los grupos oficialistas “círculos bolivarianos” han venido cometiendo una serie de agresiones y boicots con el fin de quebrar la huelga.