Lun 01.03.2010

EL MUNDO  › DESDE QUE FUE ELECTO HASTA HOY, EL DIRIGENTE ABRIó EL JUEGO CON LA OPOSICIóN

Asume Mujica un nuevo liderazgo en Uruguay

La atención a la pobreza y la indigencia, el mejoramiento de los indicadores en salud y la construcción de viviendas forman parte de su agenda doméstica. El conflicto con Argentina parece ser prioridad para el gobierno entrante.

› Por Mercedes López San Miguel

Un nuevo liderazgo comienza hoy en Uruguay. Una manera particular de hablarle al pueblo y a la clase política. El remanido cambio en la continuidad. José “Pepe” Mujica asume la presidencia de un segundo gobierno de centroizquierda. Ocupa la silla que deja su correligionario, el oncólogo Tabaré Vázquez, que ayer se despidió con un acto en la plaza Independencia.

Mujica maneja un discurso pintoresco, campechano, con palabras que evitan usar los políticos más protocolares. Le gustó que lo identificaran como el candidato de los pobres durante la campaña, y a ellos les prometió mejorar su situación. La prioridad del nuevo gobierno, según dijo quien hoy será investido presidente, será la atención a la pobreza, a la indigencia, el mejoramiento de los indicadores de salud y la construcción de viviendas. Como dice el eslogan del Frente Amplio: crecer con equidad.

El ex guerrillero tupamaro hace tiempo que dejó las armas y las ideas más revolucionarias. Mujica dijo ayer ante corresponsales extranjeros que si bien sigue siendo socialista, no llegará a ver un sistema de ese tipo en su país. “En la cabeza de algunos yo represento la década del ’70, cuando el mundo era bipolar. Hemos aprendido que en el juego de la democracia liberal se puede hacer mucho. No tenemos derecho a sacrificar a una o dos generaciones por utopías”, dijo quien hoy, con 75 años, pasó 13 como preso político en condiciones infrahumanas.

Mujica tendrá como supervisor de la economía a su vicepresidente, Danilo Astori, que ya se desempeñó como ministro de Hacienda con cierta ortodoxia y eligió como próximo titular para ese puesto a Fernando Lorenzo. El analista Jorge Lanzaro señala que Uruguay es el ejemplo de socialdemocracia de la región, y ese modelo está muy instalado. “Es el modelo que llamo socialdemocracia criolla, comparable con las experiencias europeas tardías, como las que se dieron en España, en Portugal y en Grecia en los ’80. Uruguay tiene el sistema de partidos más integrado de la región”, afirma a Página/12 el autor de La izquierda uruguaya, de la oposición al poder.

Sin embargo, el perfil de Mujica difiere del de Tabaré. “Mujica no viene del tronco partidario e institucional, sino de la matriz tupamara. Su movimiento, el MPP, se integra más tarde a la coalición y con ciertos sesgos populistas. Tabaré era el jefe indiscutido del partido, entonces fue a la vez jefe del partido y de gobierno. Mujica ha tenido que ganar terreno en el liderazgo partidario y ampliar su posicionamiento nacional”, afirma Lanzaro.

Desde que fue electo hasta hoy, Mujica abrió el juego con la oposición, se mostró dialoguista, como gusta decir su entorno, un rasgo que no fue el que precisamente caracterizó a Tabaré, pese a que algunos en Argentina se empecinan en ver lo contrario. Subraya Lanzaro: “Ni con Tabaré ni con Batlle, Lacalle o Sanguinetti hubo una coparticipación en los entes públicos (inclusión de opositores en empresas y algunos organismos del Estado). Que Mujica lo haya impulsado genera un efecto de fortalecimiento del sistema político. También el electo presidente formó comisiones multipartidarias para que se trabajen temas como educación, seguridad, medio ambiente y energía –dejando afuera de esa órbita la reforma del Estado y las relaciones exteriores–. E impulsa un ministerio nuevo, a semejanza de Chile: el de la presidencia. Eduardo Bonomi, su hombre de confianza, será ministro de Interior hasta que se cree la cartera que ya lleva su nombre”.

Y si de relaciones exteriores se trata, el conflicto con Argentina parece ser una prioridad para el gobierno entrante. Mujica ha mostrado una voluntad dialoguista con el Ejecutivo argentino que tampoco fue visible en Tabaré Vázquez. Lanzaro enfatiza que se trata de dos momentos históricos distintos. “Son dos capítulos diferentes del conflicto sobre Botnia. Tabaré vivió el momento inicial, Mujica entra cuando está por pronunciarse la Corte de La Haya. Después del fallo, las cartas van a ser distintas de un lado y del otro. Por otra parte, Tabaré tenía mala relación con Kirchner, en cambio Mujica se lleva mejor.”

El matrimonio Mujica-Topolansky viajó hace un mes a Buenos Aires para reunirse con Cristina Fernández y con el gobernador de Entre Ríos, Sergio Urribarri. La senadora y primera dama llegó a admitir que el papel blanco es el que contamina y que habrá que producir un producto amarronado. ¡Para qué! El diario El País, emparentado con el Partido Nacional, le pidió que evite hablar del tema.

Así las cosas, presidente nuevo y presidenta argentina se verán hoy nuevamente las caras. Y Mujica recibirá a los asambleístas de Gualeguaychú esta semana. Un cambio de liderazgo cuya dimensión está por verse.

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