El presidente electo de Ecuador Lucio Gutiérrez estuvo en una fugaz visita en Buenos Aires para brindar “un mensaje de unidad e integración” a los países de América latina e insistió en la hermandad de Simón Bolívar con San Martín. El populista de izquierda que arrebató la presidencia al rey del banano Alvaro Noboa el pasado 24 de noviembre con más del 54 por ciento, dialogó con Página/12 sobre los desafíos de su gobierno, conformado por su partido Sociedad Patriótica y el movimiento indígena Pachakutik.
–¿Cuáles serán las prioridades a partir del 15 de enero?
–El 20 de enero habrá un gran diálogo nacional alrededor de cuatro objetivos: acabar con la corrupción, despartirizar a las Cortes de Justicia y elegir representantes por colegios electorales; crear una cuarta función del Estado de control de cuentas; sacar una ley de reforma del Código Penal para llevar a cadena perpetua a los funcionarios corruptos e introducir principios éticos en los cargos públicos y por último, reducir la pobreza y destinar mayor presupuesto en salud y educación.
–El movimiento Pachakutik ve posible salirse de la dolarización. ¿Usted que responde?
–Como Ecuador está dolarizado, vamos a mantener la dolarización y fortalecerla, de manera que las partes positivas que realmente tiene se las pueda hacer llegar a la gente más pobre del país; actualmente los más pobres se han triplicado con la dolarización y es momento de que sientan que la misma tiene beneficios.
–¿Piensan abandonarla en algún momento?
–La discusión va a seguir. En Ecuador estuvimos como 100 años con el sucre y las autoridades no fueron capaces de sostenerlo. Es por eso que nos tocó cambiar a la dolarización. En 20 años, desde el año 80 hasta el 2000, nuestras autoridades de gobierno fueron capaces de llevar el sucre frente al dólar de 25 por dólar (años ‘79 y ‘80) a 25.000 en el 2000. ¿Cómo se cambia el círculo vicioso a círculo virtuoso? Visto desde la globalidad, el dólar es un punto. En su momento, rechacé la dolarización, porque estaba en contra de perder la soberanía monetaria. Ahora es lo que quiere la gente, según las encuestas. Además, si somos corruptos y no competitivos, con cualquier moneda vamos a tener problemas.
–¿Cómo será el programa económico?
–Vamos a crear fuentes de trabajo en los sectores agropecuario, turístico y minero. Es decir, priorizar en sectores no petroleros para que no tambalee el sistema con las oscilaciones del precio del petróleo, porque el desafío es ser competitivos y honestos. Habrá que bajar el costo país: las tasas de interés y los impuestos; necesitamos disciplina fiscal, mejorar las exportaciones, invertir en educación, importar tecnología. La solución está en conducir un esfuerzo hacia la exportación; para eso, debemos producir más. Buscaremos la alternativa de la concesión de nuevas empresas, como los proyectos hidroeléctrico, y no pensamos en privatizaciones. Ya hay empresarios que no están de acuerdo con privatizar, cuestión que ha fracasado en muchos países de Latinoamérica. Todos estos puntos los transformaremos en leyes y habrá que reformar la Constitución.
–Usted dice revertir el círculo vicioso, porque los más perjudicados con la dolarización son los pobres ¿Qué se va a hacer para resolver la situación de más del 70 por ciento de los ecuatorianos?
–En primer lugar, tenemos que saber la verdadera magnitud del problema económico, que la gente de nuestro futuro gobierno está discutiendo con las autoridades económicas del actual gobierno y con funcionarios del FMI; una vez que sepamos la magnitud del problema económico, comenzaremos a estructurar la estrategia para enfrentarlo. Lo que sí vamos a hacer es, independiente de eso, medidas como el combate muy fuerte a la corrupción -por corrupción se roba en Ecuador alrededor de 2.000.000 de dólares alaño–; recuperar el dinero que se robaron banqueros y empresarios corruptos -eso suma 5.000.000 de dólares- y evitar la evasión tributaria -sobre todo, del impuesto a la renta–. Asimismo, focalizar en los subsidios; esto es, que los que más tienen tendrán que pagar el precio real por los servicios y con el principio de solidaridad, apoyar a los que menos tienen.
–¿Cómo fue el diálogo con los organismos internacionales de crédito en su paso por Estados Unidos, con respecto al pago de la deuda externa y el acuerdo de stand-by?
–El escenario se presenta muy positivo, hemos tomado algunos contactos con las autoridades del Fondo y creo que sí podemos llegar a un acuerdo, que por otra parte es fundamental, dentro de nuestra estrategia global, para resolver problemas económicos de Ecuador.
–¿Cómo van hacer para que vuelva la plata que se han llevado de Ecuador?
–Como dije antes, vía despolitizar y despartidizar las Cortes de Justicia de Ecuador, tomando jueces independientes de los partidos políticos: eso es fundamental para lograr extraditar a los banqueros corruptos que están en el exterior. Sumado a eso, que haya voluntad política para extraditarlos, porque hasta ahora se han hecho esfuerzos para que los banqueros no regresen a Ecuador, porque si lo hacen y comienzan a declarar, muchos ídolos de barro podrían derrumbarse. En nuestro caso, la ventaja es que no tenemos compromisos con ningún grupo político ni económico, sino únicamente con Dios, con nuestra conciencia y con el pueblo ecuatoriano.
–¿Cómo van a hacer para mejorar el poder adquisitivo de la gente?
–Primero, necesitamos una gran disciplina fiscal. No podemos continuar como lo ha hecho este gobierno (de Gustavo Noboa). Debemos alentar las exportaciones, y para eso, debemos ser más competitivos y esto implica a la vez invertir en educación, importar en tecnología y ser más productivos y además de eso realizar algunas reformas, como por ejemplo, eliminar los oligopolios y monopolios, para alentar a la competencia. Cuando hay competencia, mejoran los servicios y bajan los costos.
–¿Teme que pueda generarse una situación similar a la de Venezuela?
–No, la situación en Ecuador va a ser diferente, porque las personas somos diferentes, yo no voy a abrirme frentes con nadie; al contrario, vamos a incluir a todos los sectores de la sociedad ecuatoriana, porque nuestro gobierno es pluralista, de convergencia nacional, en el que todos los sectores sean corresponsables de este proyecto de integración y transformación nacional. Entonces no va a haber estos problemas de exclusión; al contrario, inclusive a aquellos que gobernaron al país y excluyeron a la mayoría ecuatoriana, en mi gobierno van a ser incluidos.
–¿Cómo van a ser las relaciones para la región, teniendo en cuenta su paso por Perú, Chile, Argentina?
–Soy un convencido de la integración. Los problemas de Latinoamérica son los mismos: en todas las naciones hay problemas de pobreza, desempleo, corrupción, narcotráfico; la educación dista mucho de ser eficiente. Hay problemas de salud. Entonces si los problemas son los mismos, las soluciones deben ser las mismas. Y la manera más fácil y económica, es haciendo una causa común a través de la integración. Ese es el mensaje que nosotros vamos dejando en nuestras visitas a los diferentes países. En Ecuador vamos a tener un gobierno de integración, de concertación nacional, y de allí impulsar el concepto hacia el resto de los países latinoamericanos. Además, si actualmente el ALCA es una amenaza, queremos volverlo una negociación adecuada.
–¿Con respecto a Brasil, ahora con el cambio de gobierno?
–Haremos presencia, porque hay muchas cosas en común y es justamente nuestro deseo de darle una gran dirección a los recursos del Estado hacia el sector social, hacia la inversión en educación, salud, generar fuentes de trabajo.
–El Pachakutik ha reclamado tener mayor representación, ¿qué se hará?
–Hay algunas diferencias entre el Pachakutik y nosotros. Es obvio que siempre un partido político quiera una mayor representación en un gobierno. Pero hemos llegado a acuerdos importantes. El país no está compuesto por mi partido, Sociedad Patriótica y Pachakutik, sino por 12 millones y medio de ecuatorianos y hay que gobernar para todos ellos. La alianza continúa muy sólida. Pachakutik está de acuerdo en que el camino es conciliar con otros sectores políticos, porque es la manera de solucionar los problemas.
–¿Con respecto a la mayoría parlamentaria?
–Vamos a tratar de avanzar hacia una mayoría en el Congreso que nos haga más fácil gobernar; en todo caso, para las reformas, si no conseguimos mayoría en el Congreso, llamaremos a una consulta popular, para que sea el pueblo el que de manera directa decida apoyar las reformas que presentemos.