EL MUNDO › EXPERTOS ADELANTAN QUE EL ANUNCIO SERá MODESTO
El líder demócrata dijo que su nueva apuesta representaría una drástica reducción en el número de armas atómicas en la estrategia defensiva de los Estados Unidos. En dos días, Washington firma un nuevo tratado con Moscú.
El presidente norteamericano, Barack Obama, revelará hoy su esperada estrategia sobre armamento nuclear. El documento conocido como Revisión de la Posición Nuclear (Nuclear Posture Review o NPR por sus siglas en inglés) se dará a conocer dos días antes de la firma del nuevo tratado de reducción de armamento atómico entre Washington y Moscú pautado para este jueves, según informó la Casa Blanca. Se espera que la actualización de la estrategia nuclear norteamericana, la primera desde 2002, cree el impulso necesario para iniciar las conversaciones de cooperación internacional en la materia, de cara a la Conferencia de Seguridad y No Proliferación a realizarse con más de 40 países en Washington, el 12 y 13 de abril próximos.
“La seguridad nuclear es uno de los asuntos que más interesa al presidente en lo que respecta a la política exterior”, dijo ayer el vocero de la Casa Blanca, Robert Gibbs. “Es por eso que el mandatario Obama dará a conocer mañana (por hoy) la Revisión de la Posición Nuclear en la que él y otras personas han estado trabajando durante cierto tiempo”, agregó el funcionario, aunque sin dar más detalles sobre el contenido de la nueva estrategia.
La propuesta del presidente ha creado grandes expectativas en la comunidad internacional. En declaraciones hechas el mes pasado, el líder demócrata aseguró que su nueva apuesta representaría una drástica reducción en el número de armas atómicas en la estrategia defensiva de los Estados Unidos. El objetivo sería lograr que los arsenales nucleares sólo cumplieran una función disuasoria, segura y efectiva. Hace exactamente un año, el 5 de abril de 2009, Obama incluso abogó en favor del advenimiento de un mundo sin armas nucleares, durante un discurso histórico pronunciado en Praga.
Desde esa fecha, partidarios y detractores de la desnuclearización en los Estados Unidos se enfrentaron en el seno del gobierno, demorando el anuncio de la nueva estrategia por varios meses. Se esperaba que la Revisión de la Posición Nuclear –informe que se emite con cada mandato presidencial por orden del Congreso– fuera publicado en diciembre del año pasado. Pero las fuertes presiones, incluso desde dentro del Partido Demócrata, dificultaron su salida.
Aún resta ver si Obama hará lugar a las demandas de los grupos de presión antinuclear dentro del establishment, los que abogan por la presencia de armas nucleares únicamente como un elemento de disuasión frente a las amenazas de otra potencia atómica. Esta doctrina implicaría el retiro de unas 200 ojivas nucleares tácticas que Washington posee en Europa, tal como lo pidieron en febrero cinco países de la OTAN (Alemania, Bélgica, Luxemburgo, Noruega, Holanda) y el fin del paradigma de la “disuasión expandida” que llama a Estados Unidos a preservar o desplegar su “paraguas nuclear” en Europa, Asia e incluso Medio Oriente, incitando a los países protegidos a no buscar fabricar sus propias armas.
Según pronostican los expertos, la nueva estrategia de la administración Obama será modesta y no representará una importante revisión de la política actual. Sobre todo teniendo en cuenta que, a pesar de los deseos de la gestión Obama, países como China y Corea del Norte siguen incrementando su arsenal nuclear.
El objetivo de frenar la proliferación nuclear ha sido hasta ahora un objetivo clave de la política exterior Obama. La firma del nuevo Tratado de Reducción de Armas Estratégicas (Start, por sus siglas en inglés), a realizarse este jueves en Praga entre el mandatario norteamericano y su par ruso, Dmitri Medvedev, es prueba de ello.
En términos generales, la revisión nuclear entre ambos países reduce en un 30 por ciento el número de cabezas nucleares –hasta 1550 por país– y limita a 800 el número de vectores estratégicos, como misiles intercontinentales, submarinos y bombarderos. Aunque el tratado no limita el despliegue del escudo antimisiles de Estados Unidos como pretendía Rusia, el acuerdo es un importante paso para la reactivación en las relaciones de cooperación entre Washington y su rival durante la Guerra Fría.
“Este es un acontecimiento crucial, que tendrá una profunda influencia positiva en el estudio de muchos otros asuntos en nuestros países”, afirmó ayer el asesor para Asuntos Internacionales del Kremlin, Sergei Prijodko. “El mismo coloca los cimientos para unas relaciones estratégicas cualitativamente nuevas”, destacó el funcionario, al tiempo que señaló que, tras la firma del acuerdo, el proceso de ratificación comenzará en el Parlamento de ambos países. Tarea que promete ser complicada, sobre todo en el Senado de los Estados Unidos.
En lo inmediato, el reemplazo del Start otorgará a Obama la credibilidad necesaria para enfrentar la cumbre de seguridad nuclear con líderes de más de 40 naciones prevista para el lunes y martes de la semana que viene. En la reunión se discutirá la prevención de actos de terrorismo nuclear, la necesidad de asegurar el manejo de materiales atómicos vulnerables y la imposición de sanciones a Irán por su programa nuclear, entre otros temas.
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