EL MUNDO › OBAMA Y MEDVEDEV FIRMARON LA REDUCCION DE ARSENALES NUCLEARES
Los presidentes de Estados Unidos y Rusia, Barack Obama y Dimitri Medvedev, firmaron ayer un “histórico” acuerdo de reducción de arsenales nucleares, el mayor pacto en su tipo entre los ex rivales de la Guerra Fría en treinta años. Los mandatarios firmaron en Praga, capital de la República Checa, el acuerdo que suplanta al firmado en 1991 y que prevé la reducción en un 30 por ciento del armamento atómico de ambos países en los próximos siete años.
Moscú y Washington poseen 2200 armas nucleares, que representan el 95 por ciento de las armas nucleares del mundo, y el nuevo acuerdo reduce esta cifra a 1500. Según el documento, el armamento a reducir puede ser destruido o mantenerse sin capacidad nuclear.
Medvedev calificó el hecho como “histórico”, mientras que Obama afirmó que se trata de un “hito importante”, a la vez que anunció su intención de lograr la ratificación del acuerdo por parte del Senado de su país antes de finalizar el año. El mandatario norteamericano, además, agradeció a su “amigo y socio” Medvedev la buena cooperación para alcanzar el nuevo compromiso de de-sarme nuclear. Obama afirmó que el nuevo tratado Start hará “más seguros al mundo y a Estados Unidos”. “No hay ganadores ni perdedores tras estas negociaciones, que no han sido nada fáciles”, dijo Medvedev y agregó que “el éxito es de ambos países y con ellos de todo el mundo”.
Sin embargo, en un comunicado, el Kremlin afirmó que el tratado de desarme sólo será viable si Wa-shington limita el despliegue de un escudo antimisiles en Europa, uno de los temas que suscita más diferencias entre los dos ex adversarios de la Guerra Fría. Obama aseguró que desea mantener un “diálogo serio” con Moscú sobre este espinoso tema de la defensa antimisil. La nueva estrategia anunciada por Estados Unidos incluye una promesa de no usar armas nucleares contra países que no las tienen, ni siquiera en respuesta a un ataque con armas químicas o biológicas.
La firma del acuerdo se realizó en el castillo de Praga, dos días después de que la administración estadounidense presentara su nueva estrategia nuclear, que deja de centrarse en las amenazas de la Guerra Fría y busca, en cambio, impedir la propagación de armas atómicas entre grupos extremistas o países que Washington considera peligrosos.
Además, que la rúbrica del tratado haya sucedido en la capital checa tiene un fuerte simbolismo, debido a que durante los últimos tres años el Kremlin y la Casa Blanca tuvieron duros cruces por la intención estadounidense de instalar un escudo antimisiles.
Moscú y Washington podrán abandonar el nuevo tratado Start (Strategic Arms Reduction Talks) de reducción de las armas nucleares estratégicas cuando las circunstancias derivadas de la aplicación del mismo pongan en peligro sus respectivos intereses. “En el ejercicio de su soberanía nacional, cada una de las partes podrá abandonar el presente tratado cuando considere que circunstancias excepcionales derivadas de la aplicación del mismo perjudican sus intereses más altos”, dice el documento.
“Me siento honrado de estar aquí en la República Checa con el presidente Medvedev y nuestros anfitriones checos para suscribir este histórico nuevo tratado Start”, dijo Obama a los periodistas en el castillo de Praga. “Espero que tengamos un diálogo serio en lo referente a la cooperación ruso-norteamericana sobre escudo antimisiles. Y vamos a trabajar con el Senado de Estados Unidos para que ratifique antes de fin de año este importante tratado”, añadió. “Espero que la firma del tratado abra una nueva página en las relaciones entre nuestros países”, afirmó, por su lado, Medvedev, en conferencia de prensa conjunta con Obama.
Los dos dirigentes firmaron el texto en el renacentista Salón Español del castillo de Praga, ante el cual el presidente estadounidense había pronunciado hace un año un discurso en el que llamó a un mundo sin armas nucleares. Según los términos del acuerdo, Moscú y Washington se comprometen a reducir el número de sus ojivas nucleares a 1550 cada uno, una merma del 74 por ciento respecto del límite del tratado Start firmado en 1991, que expiró a fines de 2009. El acuerdo, que también limita el número de misiles intercontinentales, tendrá una duración de diez años y podrá ser renovado por cinco más. Una cláusula prevé que cada parte puede retirarse del tratado.
Obama, Premio Nobel de la Paz, firmó ese tratado 48 horas después de haber revelado una nueva doctrina nuclear según la cual Estados Unidos sólo recurriría al arma atómica “en circunstancias extremas”, para defender sus intereses vitales y los de sus aliados.
La Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) aseguró que el nuevo acuerdo Start es un “paso hacia un mundo desnuclearizado que puede apoyar positivamente los esfuerzos contra la proliferación”, según palabras de su director general, Yukiya Amano. La firma de este tratado se produce, en efecto, en un momento clave de esfuerzos para frenar la proliferación nuclear en el planeta. La comunidad internacional intenta convencer a Corea del Norte de que renuncie a sus planes nucleares. Además, presiona para que Irán disipe las dudas sobre el carácter civil de su programa nuclear, que lo expone a nuevas sanciones de la ONU.
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